Ruben Gil Campos ya duerme en una cárcel del estado de Nueva York desde el pasado lunes y hoy iniciará su juicio ante el juzgado de distrito que lleva la causa, una obra de teatro que culminará en la condena a cadena perpetua o lo que le reste de vida, a uno de los delincuentes que lograron posición política y favores del ex secretario de gobernación y ahora flamante secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, quien niega cualquier relación, cuando hace apenas unos días eran grandes amigos, que digo amigos, cómplices.
Para nadie pasa desapercibido que en una reunión de Rubén Gil, aparece el Director General de los CERESOS en el Estado, Aldo Enrique Cruz, quien mantenía una buena relación con el ahora delincuente y alcalde con licencia forzada, Gil Campos, la razón es que el encargado de los negocios y negociaciones (venta de cocaina) está controlado por Filiberto López Zavala, hermano “incómodo” del Secretario y que goza de todo tipo de prevenlas, ingresos oficiales y extraoficiales, sin que nada, ni nadie pueda evitarlo.
La liberación de presos de alta peligrosidad, los cómplices dentro de la Subsecretaría Jurídica de la SEGOB y dentro de los CERESOS, así como, el financiamiento ilícito que recibe Zavala, es en parte el motor que se lubrica con los ingresos mal habidos de personajes como el ahora célebre Narco-alcalde.
Muy pronto Zavala estrenará una mega-residencia en la Calera, además de un rancho adquirido por gestiones de Alejandro Armenta Mier (su compadre), ingresos de funcionario público insuficientes para acumular tales riquezas, pero que gracias a la complicidad son fáciles de obtener.
La trama de Gil Campos, es un eslabón más de la cadena de corrupción que Zavala ha propiciado a la sombra del poder, que logra, gracias a Mario Marín Torres, en donde la diferencia entre uno y otro, es que Zavala pretende suceder a su mentor sin tener la mas mínima prudencia de tener la boca cerrada y de ser mesurado en su ostentosa vida. El domicilio de Zavala cambiará de Xilotzingo, casa modesta a una residencia con gimnasio y todo tipo de lujos, que ni siendo Secretario de seis años lograría obtener.
Las huellas de los negocios que hizo el gobierno estatal, Zavala y Gil Campos, nadie puede borrarlas. Y es que los priístas creen que los poblanos somos estúpidos, que no existe memoria o que los tiempos del garrote seguirán mientras ostenten el poder que se les acabará y les será arrebatado.
La preocupación priísta, no es para menos, ¿Cuáles son los políticos locales que pueden estar inmiscuidos en el engranaje financiero de “el Gavilán”?. Decimos que es engranaje, porque forma parte de toda una maquinaria de corrupción, preventas e intereses, en donde Zavala, García Ramírez, Carmona y otros forman parte importante del monstruo que amenaza en morir de un cáncer terminal, dejando a sus hijos, en la orfandad pero con los bolsillos enriquecidos.
En este espacio, daremos cuenta de ello. Esperando que algún día, todo el peso de la ley, alcance a estos delincuentes, que hoy se ostentan como servidores del pueblo.
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