Enrique Núñez - Contracara
En medio de toda batalla por el poder se van dejando heridos de manera irremediable.
Eso es lo que empezará a sucederle a Javier López Zavala de ahora en adelante.
Habrá que ver de qué tamaño van siendo los enemigos, y cuánto van creciendo conforme se acerca el 2010.
De entrada, la reunión que sostuvo Zavala la semana pasada en la casa de la diputada Bárbara Ganime con 21 de los 26 diputados priistas ya provocó un hoyo hacia el interior del Congreso del estado.
Cinco fueron los diputados que —como lo comenté en esta misma columna— no fueron invitados.
Podría parecer un asunto menor, pero los cinco legisladores pasaron su primer acuse de recibo con el encuentro de ayer en El Chimichurri.
La exclusión de Jorge Ruiz y Pablo Fernández pudiera ser entendible por la clara ascendencia dogerista.
Lo que llama la atención es el hecho de haber marginado a Luis Alberto Arriaga, Rocío García Olmedo y Mauricio Hidalgo, quienes no están ligados a ese grupo político.
Vayamos uno por uno.
El caso del doctor Arriaga es singular, toda vez que en las últimas fechas había sostenido un affaire mediático con Enrique Doger, provocado más por la paranoia del expresidente municipal, que por un conflicto de fondo entre ambos.
Sin embargo, Luis Alberto también ha pintado su raya ante la postura un tanto imparcial del que fuera conductor de Televisa Puebla.
En cuanto a Rocío García Olmedo, da la impresión que las heridas causadas durante la puja por la Presidencia de la Gran Comisión del Congreso del estado dejaron cicatrices profundas.
El jaloneo de grupos entre Montero quien apoyó a Rocío y Zavala quien respaldó a Aguilar debilitó la relación de la diputada por Atlixco con el actual titular de la Sedeso.
En cuanto a Mauricio Hidalgo, todo hace pensar que su negativa de cederle su puesto como diputado, también marginó al de Tecamachalco del Proyecto Z.
Estos tres son algunos ejemplos del desgaste natural al que se enfrentará desde ahora López Zavala.
Lo interesante será el balance final.
Si los abandonos van en aumento, seguramente entrará en acción alguno de los escenarios emergentes del gobernador Marín.
Como lo cité recientemente, en este momento Zavala lleva mano.
Sólo de él depende.
Aunque lo de ayer debe encender luces amarillas.
Foto Karina Juárez
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