Un clásico de lo grotesco
Zeus Munive
zeusmunive@yahoo.com.mx
Todo mundo tiene algo que esconder, excepto yo y mi chango
¿Qué fue lo que le dolió tanto a Intolerancia?, que su director sacó todos sus complejos, odios e iras ayer.
¿Complejos? Sí, cuando escribe sobre el ex presidente municipal lo hace con el hígado, tratando de demostrar superioridad, odios, enconos, sus adjetivos y epítetos sólo demuestran desesperación y sus perturbaciones.
Guardando las proporciones, pero suena como un Heinrich Himmler al tratar a los judíos en tiempos del holocausto. Parece denuncia en un sistema totalitario, parece que atentan contra lo más sagrado de su ideología.
Pero en el fondo, cuando se actúa así, es miedo.
Todo indica que el haber publicado en la primera plana de Cambio un extracto de una crónica de Intolerancia del viernes 1 de marzo del 2002, firmada por Miguel Ángel Alfaro Barragán (qepd) en la que se da cuenta de cómo es que Melquiades Morales congeló a Mario Marín Torres al enviarlo a una notaría, los desquicia.
Quedaron al descubierto.
El saber que ese diario alguna vez fue el principal crítico de Mario Marín, sobre todo en el 2001, 2002 y 2003, pues fue el que documentó el velo de la corrupción en obra pública en el ayuntamiento encabezado por Marín, la venta ilegal de zarapes y cobertores del ahora delfín, Javier López Zavala, en esos tiempos y una lista de etcéteras.
El saberse descubierto pone locos y fúricos tanto al Vaquerito Rodrigo López Sáinz (Miguel Ángel Badillo, dixit) como al director del medio del que hablamos.
Decía John Lennon "Todo mundo tiene algo que esconder, excepto yo y mi chango" y es real.
Incluso los medios de comunicación, reporteros, directores y dueños de periódico son exactamente igual que los políticos.
Somos una fauna.
No hay nadie que se diga químicamente puro, aunque claro, sí hay gente más comprometida con informar, mientras que otros más con hacer negocios.
Tal es el caso de Rodrigo López Sainz, quien al verse descubierto de su otrora antimarinismo, porque él permitía los golpes contra el hoy gobernador, tiene miedo y debe mandar a su empleado a golpear a sus enemigos imaginarios.
¿Sabía usted, amigo lector, que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) ya le canceló el contrató a la empresa de López Sainz?
¿Y sabía usted que su imprenta no contaba con un seguro y aún así antes había contratado la dependencia a la empresa intolerante?
¿No será acaso que el contrato lo habrá conseguido a través del tráfico de influencias?
Y lo de menos es que la revista gay Boys and Toys que imprimía Rodrigo López Sainz apareció encartado en algunos libros de texto gratuitos. No, es que no puede ser posible que la empresa haya logrado un contrato con Conaliteg y no contara con un seguro.
También hay que decir que las impresiones son de mala calidad, vea sus revistas, que la verdad están muy chafitas.
Y esto sale a colación porque ante la pérdida de contratos el único gran benefactor de López Sainz es este gobierno. Eso se entiende porque todos debemos corretear la chuleta.
Lo grave es que se presten cual viles agentes de la Gestapo o como en pleno Macartismo, a despotricar en contra de todos los que se destapen antes de tiempo: Jesús Morales, Enrique Doger, Jorge Estefan Chidiac.
No atacan, por supuesto, al delfín de Casa Puebla, Javier López Zavala.
Es por eso que se entienden los miedos y los odios. Los perros atacan cuando huelen el miedo y es porque sienten miedo.
Es preferible atacar primero para evitar que los despedacen.
Cómo son las cosas: en el 2001, 2002, 2003 fueron antimarinistas.
En marzo del 2004, cuando ya Marín era el favorito de Casa Puebla publicaron un desplegado de una plana en Intolerancia, en el que felicitaban al licenciado y le daban sus parabienes.
¿No acaso trataron de exiliar, también en el 2004, a quien en su momento denunció la comida de Roberto Marín organizada por López Sainz en el rancho Los Caballos, porque dio pelos y señales de que esa era una actitud caciquil y que los organizadores eran sumisos ante el poder?
El miedo no anda en burro.
Veamos qué escribió el señor Núñez sobre Doger ayer: "Hipótesis frente a los sueños de opio.
"Es tan inconcebible la postura tomada por Enrique Doger que difícilmente alguien puede ver con cordura el peso real de sus aspiraciones. De entrada, el exalcalde debería tener muy en claro que es más importante salvar el pellejo que seguir con sus chaquetas mentales."
¿Chaquetas mentales? ¿No es una muestra de vísceras, de escribir con el estómago? Si vale la pena leer ese periódico amarillento, es porque se trata de saber contra quién está el régimen. A quién han mandado a golpear. Es como un bando que se colocaba en las plazas públicas para saber quiénes eran los traidores y para saber a quién hay que quemar en leña verde.
Es un Granma pero de por aquí cerquita.
Es cierto que todos tenemos algo que esconder, pero en Intolerancia no cantan mal las rancheras. Sería bueno saber cómo consiguieron los contratos de la Conaliteg y ahora por qué se los cancelaron.
Por cierto, por ahí corre la versión de que Intolerancia en convenio con el presidente municipal de Tehuacán, piensan echar a andar un periódico allá, por supuesto subsidiado con dinero público.
Sé que escribir esto los desquiciará más y reirán en público, pero les dará diarrea en privado.
Sé que seré víctima de sus lances, pero si vamos a abrir las cajas, abramos todas.
Todos tenemos algo que esconder, excepto yo y mi chango.
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