Duelo de Espadas
Edmundo Dantés
fOicialismo a ultranza, evasión de temas importantes para no “incomodar” al régimen y/o al Delfín, notas tendenciosas, refriteo de información, entre otros, son algunas de las taras que acarrea el zavalismo hecho periódico, que reproduce las mismas fallas que los Zetas poblanos cometen en cuanta encomienda se les encarga, ya sea como funcionarios de Gobierno, como voceros de un precandidato o como coordinadores del voto.
Convertido en una especie de rey Midas, pero al revés, ya que destruye todo lo que toca, en su paso por la dependencia Javier López Zavala aisló a la secretaría de Gobernación de los demás actores políticos y partidistas, al grado de que fue desconocido como interlocutor por el PAN, por los demás miembros del gabinete que no aceptaron sumarse a los Zetas y por algunos ex ediles priístas que no cedieron a sus chantajes.
Su participación en el caso Cacho (afirmada en el dictamen del magistrado de la SCJN que hizo la investigación) y las nulas posibilidades de ganar, le impidieron ser candidato en la capital y tuvo que conformarse con la coordinación del voto del PRI, donde obtuvo la única derrota del partido en Tepexi de Rodríguez y operó para que el supuesto narco alcalde, Rubén Gil Campos, obtuviera la postulación en Izúcar de Matamoros.
Por todos los medios trató de ser el presidente de la Gran Comisión, lo que generó una revuelta interna que forzó a que se eligiera como titular del Congreso local a uno de sus incondicionales, José Othón Balleres, quien en el sobrenombre que le pusieron sus compañeros - “Tontón”- lleva la definición de sus “habilidades” políticas y legislativas.
Hoy, López Zavala usa la Sedesol para tratar de revivir su proyecto personal, como lo reconoció uno de sus voceros el pasado jueves 17 de abril, cuando, en la columna firmada con su nombre, se refirió al “trabajo” en los municipios de alta marginación, “es innegable el fondo político que conlleva este nuevo programa (MAP), desde donde el titular de Desarrollo Social intentará catapultar sus apetencias políticas”.
Desde luego, el narrador taurino convertido en vocero del grupo Z no solamente explicitó que su jefe lucra políticamente con la pobreza, sino que lo trató de justificar, aunque con pobres elementos: “empezarán las descalificaciones en contra de Zavala, con el eterno discurso de la utilización de los recursos públicos. Sin embargo, hay que decir que en ese sentido todos los aspirantes – cuando menos los del PRI – han hecho lo mismo”.
Es que también en el terreno periodístico el zavalismo hizo honor a su propia trayectoria de manipulación y dilapidación de recursos materiales y humanos, convirtiendo a un periódico conocido y respetado entre la clase política en un legitimador y encubridor oficial del gobierno y, en especial, del Delfín.
La mayoría de las notas de “8 columnas” en el diario zavalista es reflejo fiel del boletín de la administración estatal: “en marcha rescate de la presa de Valsequillo” (viernes 28 de marzo), “apuesta el marinismo al proyecto antipobreza” (jueves 17 de abril), “se reagrupa la burbuja marinista” (martes 18 de marzo),”aprueban reestructurar los pasivos del Soapap” (sábado 15 de marzo), “arranca reestructura del gobierno marinista” (miércoles 12 de marzo), “a no grillar llama López Zavala a la oposición” (sábado 29 de marzo), “regresan Zavala y Meneses al gabinete” (lunes 17 de marzo). “Periodismo” oficialista hasta el infinito y más allá.
El zavalismo hecho “periódico” no solamente se refleja en lo que se publica en ese diario, sino también en lo que calla. Así se convirtió en uno de los tres medios locales que hicieron lo posible por ocultar a sus lectores (si es que los tienen) el caso del supuesto narcoedil Rubén Gil Campos, asunto del que escasamente publicaron notas que- desde luego – relegaron en las páginas interiores (miércoles 9, jueves 10 de abril, entre otros días).
Este rasuramiento de temas incómodos persiste, desde luego, ya que el “diario oficial bis” no se ha “enterado” de que un policía judicial poblano fue secuestrado hace 9 nueves durante un enfrentamiento con la delincuencia organizada en Córdoba. La peligrosa polarización en la elección en las juntas auxiliares tampoco ha sido un tema “de interés”, pese a la manipulación política y los actos de violencia física que ya se dieron por este proceso.
En este ejercicio antiperiodístico no podían faltar las notas manipuladas y editorializadas, que muestran claramente la tendencia del diario y que comprueban que su finalidad no es informar, sino legitimar una acción del gobierno, tapar un error o abuso del mismo y/o descalificar a quien cuestiona o es afectado por el régimen, ya que la objetividad o pluralidad no se encuentran dentro de sus características.
Así, los Mastretta no pudieron defenderse después de ser acusados a 8 columnas de que quedó “al descubierto su negocio” (jueves 10 de abril), ya que la entrevista con Verónica fue manipulada por el propio medio al editorializarla así: “se aferra Mastretta al hueso” en su encabezado.
Y hasta se refritea la “información” con tal de “pegarle” a quienes el Delfín considera como sus adversarios. Así, el zavalismo hecho periódico publica el miércoles 26 y jueves 27 de marzo todas las descalificaciones posibles contra el Indema y su presidente, Enrique Doger Guerrero, incluyendo las aseveraciones que Luis Alberto Arriga y Jesús Encinas formularon contra el ex edil.
Casi un mes después, el zavalismo derivado en revista se refritea la “información” difundida un mes antes en el “diario oficial bis”. Con los mismos declarantes y críticas, solamente que con casi 30 días de diferencia y en un medio supuestamente “diferente”, pero con los mismos directivos, igual información y, en consecuencia, similares objetivos.