La mano que mece la cuna
Para quienes pensábamos que los intereses de poder en torno al Congreso del estado habían menguado, la verdad quizá sea otra: parece que nos equivocamos. Evidentemente, alguien se siente más poderoso que el mismo gobernador y ha echado a andar la maquinaria para desarticular al nuevo líder de la fracción priista.
Por lo que se ve, la estrategia está centrada en exhibir a José Bailleres como un operador ineficiente, para buscar que durante los próximos días se caiga su designación como presidente de la Gran Comisión. A lo anterior obedecen las supuestas diferencias de algunos diputados en torno a la rotación partidista de presidentes de la mesa directiva.
Nadie se traga el cuento de que algunos diputados priistas hayan cambiado de opinión de la noche a la mañana. Es obvio que alguna mente maquiavélica mandó —por no decir empinó— a Bailleres a anunciar la rotación de la presidencia; para posteriormente operar el cambio de planes exhibiéndolo ante la opinión pública.
Me queda claro que si alguien chamaqueó a Bailleres no fue ningún partido de oposición sino un personaje que no quita el dedo del renglón. Se trata de una figura que tiene puesta la mira en la Gran Comisión del Congreso del estado.
Comentarios a Enrique Núñez: enunez@intoleranciadiario.com
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