lunes, 14 de enero de 2008

Un juez anda suelto

Un juez anda suelto

 

 

Un caso de auténtico abuso de autoridad es el que ha vivido un empleado de la Secretaría del Trabajo, quien tuvo la desgracia de haberse topado con el juez municipal de San Andrés Cholula, Daniel Cuapa Pérez, el cual se ha cansado de violar sus derechos en el proceso que se le sigue por las supuestas amenazas que cometió en contra de un sujeto de apellido “rimbombante” y que presume de ser sumamente poderoso.

Y debe serlo, sobre todo cuando logró que este juez le endilgara una orden de aprehensión por ese delito, para después dictar un auto de formal prisión lleno de irregularidades.

Las anomalías cometidas por el juez son innumerables, por lo que detallaré solo dos que reflejan perfectamente la calaña de Danielito.

De verdad que es indignante lo que este funcionario judicial ha sido capaz de hacer.

Lea usted y asómbrese.

Según la denuncia de amenazas interpuesta, el día en que se perpetró el delito fue el 21 de marzo, cuando ese día se encontraba en Miami, en donde estuvo desde el 20 hasta el 25 del mismo mes, como consta en los sellos de ingreso de pasaporte por el gobierno norteamericano y del mexicano en su retorno al Distrito Federal.

Aunque usted no lo crea, este juez decidió pasarse por el arco del triunfo una prueba fehaciente, y prefirió darles mayor valor probatorio a los testigos, quienes son amigos del denunciante.

Por si fuera poco, el procesado presenta pruebas documentales en donde demuestra que el día en que se concretó otra de las presuntas amenazas, se encontraba comisionado por parte de la Secretaría del Trabajo en Tehuacán.

Sobre este hecho existen los oficios de comisión firmados por José Antonio López Malo y las minutas de trabajo en donde se detallan los encargos realizados.

¿Y qué creen?

Que también se las pasó por los cojones, y decidió darle validez al dicho de los cuates del “poderoso” denunciante.

¿Sospechoso$$$, no?

 

 

Denunciante y testigos en peligro

Y por más poderoso que sea, el joven denunciante —de quien revelaremos su nombre y sobre todo sus apellidos en una próxima entrega para evitar su posible pelada—, está metido en serios apuros.

Resulta que una vez que el juzgado de distrito resuelva el amparo interpuesto y se determine el auto de libertad, tanto el denunciante como sus testigos podrían terminar tras las rejas, por el delito de falsedad en declaraciones judiciales.

Habrá que estar pendientes, porque a ese paso, cualquier loco, con dinero y dos testigos puede ir a ver al juez de San Andrés y detener a quien se le pegue la gana.

Bonita fregadera.

 

 

La punta del iceberg

Lamentablemente, este caso es sólo la punta del iceberg.

Se tienen noticias de infinidad de abusos cometidos por Danielito, quien tiene un cajón de escritorio más grande que la bóveda del Banco de México.

Del joven denunciante existen muchas historias que serán contadas en este espacio.

¿Y el apellido?

Suena extranjero, poderoso, acaudalado y con gran peso en la UDLA.

 

 

Comentarios a Enrique Núñez: enunez@intoleranciadiario.com

 

 

 

1 comentario:

Anonymous dijo...

YO en tus zapatos investigaría más sobre lo ya expuesto