De manera terca, la autoridad municipal sostiene en sus puestos a dos personajes que han demostrado en muy poco tiempo su ineptitud, se trata del secretario de Seguridad Pública, Guillermo Hidalgo Vigueras, y del director de Tránsito, Manuel Alonso.
Ayer que el magisterio poblano paralizó a la ciudad, Manuel Alonso y sus elementos sacaron a relucir su poca capacidad para estar al frente de esta dependencia.
Los congestionamientos se multiplicaron por todos los puntos de la ciudad, mientras que los elementos al mando de Alonso se dieron a la plácida tarea de bloquear calles, colocar cartulinas en las unidades las cuales decían “cerradas por manifestación” y tirarse a la plática; sólo les faltó el café, porque muchos de plano se pusieron a fumar en la calle.
La incapacidad también es una forma de corrupción y en los hechos, los elementos de Tránsito del estado, dominados por la famosa “hermandad”, sólo sirven para extorsionar a los poblanos y cobrar. Qué chiste tiene que haya elementos de Tránsito en algunos cruceros, si están en donde existen semáforos y no agilizan la circulación, es dinero tirado a la basura, dinero que sale de los bolsillos de los poblanos el pagar a elementos que sólo se ponen a platicar o a echar novio.
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Ricardo Morales Sánchez
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