- Gran pachangón y no nos invitaron.
- Barragán entre golpes y “la aguilita”.
Y lo peor es que no nos invitaron y so que somos rebuena fiesta y rete bailadores.
De nada nos sirvieron nuestras dotes histriónicas ni nuestra famosa interpretación de Pimpinela, nos faltó el pequeño detalle de ser fanáticos de Javier López Zavala, para estar invitados a la pachanga que armó en Patoltecoya la semana pasada.
Quesque hubo de todo.
Whiskey, tequila, brandy, tacos, botana, mariachi y lo que nunca pude faltar e una digna fiesta de pueblo: ¡Pelea!
Sí que sí.
Después de reunirse con los cristianos, tras recibir la bendición y al Señor en su corazón, López Zavala se fue a cenar con sus operadores de aquella región para celebrar el éxito de su gira por Xicotepec, Juan Galindo, Huauchinango y Naupan, municipios en los que repartió recursos públicos para posicionarse rumbo al 2010.
Por la noche, ya que las actividades proselitistas habían culminado, qué mejor cierre que echarse unos alipuses a la salud del alma purificada y por supuesto, por los clavos de Jesucristo.
La cita fue en el restaurante El Lago, con vista a la presa de NEcaxca, donde por cierto hacen unos tacos sudados ¡buenísimos!.
Ahí, el secretario de Desarrollo Social y unos 20 operadores se gastaron 25 mil pesitos en las copitas y los taquitos, pero no se preocupen, el gasto lo absorbió Juanito, el dueño del resturante, aunque el diputado de Xicotepec, Carlos Barragán, presumió que fue él que pagó todo.
Pero lo que sí absorbió el buen Barragán fueron varios litros de alcohol y unos cuantos golpecitos.
Dicen – insistimos, nosotros no estuvimos y por ello el ardor –que Carlitos Barrabán, con hartísimas copas encima, se fue al baño y se topó con Vicente Valencia Ávila, edil de Venustiano Carranza.
Con el alcohol, las emociones afloran –como si no lo superamos- y Barragán comenzó a reprocharle a Valencia: “Que si Zavala me quiere más a mí; que si yo le sirvo más; que si yo soy más eficiente, que si las pongo se las pongo…”
Y el otro, que si sintió ofendido y poco querido, que le contesta: “Que no es cierto, que soy yo, que me quiere más a mí, que yo soy más eficiente, que yo ya se las puse, se las puse…”
Y ya ofendidos los dos, tremendos gritos y sombrerazos que se armaron en el baño del restaurante El Lago, con vista a la persa de Encasa (Ya lo dije… Lucer).
Otros fieles zavalistas separaron a sus pares y los tranquilizaron.
Al término de la armoniosa velada, Carlos Barragán salió en brazos de sus paisanos, pero no crean que como héroe, sino con el clásico cargadito llamado “La aguilita”.
Otro que salió danto topes contra las paredes fue el buen Zavalita y sus guaruras terminaron siendo los sacaborrachos de la noche.
Ah, casi lo olvidamos: en mariachis nomás se gastaron 12 mil pesitos en puras rolas de José Alfredo y Vichky Carr, que por cierto aún no pagan.
Salud Señores.
Transcribió para Zavalita News.
Selene Rios Andraca / Edmundo Dantes
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