Enrique Núñez - Contracara
No se hagan bolas, la venta del macroterreno que conocemos como Valle Fantástico resulta materialmente imposible.
La cesión de ese predio a favor de la sociedad, que representa Ricardo Henaine, se dio en circunstancias que permitieron a todos los poblanos enterarnos de las condiciones de esa operación.
Fue Melquiades Morales Flores quien cedió, en su carácter de gobernador, ese terreno a manera de comodato.
Tres fueron las condiciones:
1. Que el término de ese contrato sería después de 99 años.
2. Que el uso de suelo estaría destinado al funcionamiento de un centro de diversiones.
3. Que ese inmueble seguiría formando parte de la reserva ecológica de Puebla.
Ni el gobierno de Melquiades Morales ni el de Mario Marín han cambiado ese uso de suelo; lo más importante es que no se cambiará.
Este dato explica por qué Henaine no ha presentado ninguna escritura pública.
En el mismo contrato de comodato se estipula que en caso de que el terreno no sea utilizado para los objetivos fijados, éste perdería su razón de ser, dejando abierta la puerta para ser rescindido.
Es decir que Ricardo Henaine podría incluso perder la posesión del terreno en caso de que Valle Fantástico dejara de funcionar.
Vayamos más lejos.
En este momento, ese terreno no es propiedad privada, así que si alguien lograra vender ese terreno estaría incurriendo en un claro ilícito.
En ese sentido, la inmobiliaria que anunció la venta de esos terrenos está obligada a ponderar los alcances legales de esa preventa.
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