jueves, 11 de septiembre de 2008

El espejo de Zavala

En las pasadas entregas hablábamos sobre el afán desmedido del Secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, de convertirse en el próximo candidato del PRI a la gubernatura, la forma en que está siendo usado por los Presidentes Municipales y la manera en que ha sido engañado para creer que tiene posibilidades de lograr su objetivo.

Decíamos entonces que los Presidentes Municipales se aprovechan de la tonta aspiración del Secretario para hacerse de recursos y beneficios a sus municipios, haciendo creer al ingenuo “Lic. López” que tiene todo sus afectos y lealtades, pero en la práctica, lo mismo se reúnen con Moreno Valle, que con Doger o con el propio Montero (para decirles exactamente lo mismo), de tal suerte que Zavala únicamente lo usan, o para decirlo en términos más claros: se lo padrotean. Es como la muchacha que sale con un pretendiente naco y feo pero que lo compra todo, la lleva al cine, y la invita a cenar “pretentonto” se le dice).

 

Digamos que es el juego del engaño, en el que el único engañado es Javier López Zavala. ¿Ha escuchado la canción de Luz Cassals? “Tu juegas a engañarme, yo juego a que te crear que te creo… “ Así es, el Secretario juega a engañar a los Presidentes Municipales diciéndoles que él será el próximo gobernador, mientras que los Presidentes juegan a engañar al Secretario para que piense que se la creyeron.

El equipo del suspirante también juega un papel importante en el engaño, ya que,  aunque todos saben la verdad, nadie se atreve a decírsela. EL Secretario –quien también sabe la verdad- al ver a su equipo convencido, piensa que va por buen camino y que quizá debería se menos pesimista con él mismo. Erich From, el gran psicoanalista del siglo XX, define de manera elocuente a un paciente de tales características : “Cuando una persona se encuentra emocionalmente mal y no tiene la intención de cambiar, trata de encontrar elementos externos que le ayuden a racionalizar su comportamiento, es decir, justificar su mal comportamiento, intentando convencerse (y convencer a los demás) de que lo que hace es lo correcto”.

Ahora bien, ¿Qué elementos existen para afirmar que en efecto Zavala no tiene ninguna posibilidad de concretar su suepo? ¿No será que Manuel Cuadras le tiene tirria y el equivocado sea él? Afortunadamente no.

 

Transcribió Manuel Cuadras / Cambio

 

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