Ardelio Vargas Fosado tiene asegurada la candidatura del PRI a la diputación federal por el Distrito 1. En las últimas semanas ha acudido lo mismo a bautizos, primeras comuniones que a las fiesta de los santos patronos de la Sierra Norte y por supuesto a todo tipo de eventos políticos.
Ya anda en campaña.
Pero no va solo. El secretario López lo anda promoviendo en las tantas reuniones que hace con sus estructuras en la zona. Ya lo presenta como el gallo del PRI. El hecho está a punto de provocar las primeras rupturas en la línea tricolor, pues circulan versiones en el sentido de que el empresario Ricardo Urzúa, molesto por la pasarela del “Super Policía”, ya le reclamó al líder del proyecto Z.
Urzúa le dijo – palabras más, palabras menos – que a él le habían prometido la candidatura desde hace casi tres años, cuando fue sacrificado para darle paso al actual cacique de la región serrana, Alberto Amador Leal en la elección del 2005 y en, ¿compensación?, tuvo que aceptar irse como candidato suplente de Mario Alberto Montero Serrano en la fórmula para el Senado. Los resultados son de todos conocidos.
La respuesta de López fue lo que más le caló al empresario: “Esas son las instrucciones que a mi me dieron”.
Ahora, las visitas de “Ricky Ricón” al distrito son cada vez más esporádicas y ni se diga el contacto con “líderes naturales del priísimo local”. Ya no los busca y tampoco los recibe, pues éstos no perdían oportunidad para ofrecerle el respaldo de sus “estructuras”, no sin antes pedirle apoyos en especie y monetarios para “amarrar” a sus huestes.
Y es que dicen que Urzúa, ahora si, no está dispuesto a invertir millones de pesos en busca de una candidatura que ya tiene dueño. Y eso incluye el “prestamo” de sus helicópteros, aviones y avionetas.
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