martes, 21 de agosto de 2007

Zavala el operador de campañas para ganar


César Marcelino León Ochoa
LA LÓGICA MARINISTA
e-consulta

“Un príncipe debe tener una virtud esencial: estar dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener el poder y para conservarlo y para aumentarlo”.
Maquiavelo

En el mundo de Maquiavelo, dice Karl Deutsch en su libro “Política y Gobierno”, los príncipes y los estados sólo tienen un deber, el de la autoconservación; una regla de conducta, el egoísmo; una meta fundamental, el incremento de su poder.

Ante los fuertes embates que ha recibido el gobierno marinista en los últimos meses y ante la creciente amenaza de perder una posición estratégica, como lo es el Congreso Local, el gobernador hace eco de las ideas de Maquiavelo y las pone en práctica una vez más.

Para quienes creen o piensan que la remoción de Javier López Zavala de la Secretaría de Gobernación es un acto que refleja debilidad del gobernador, se equivocan. Por el contrario, el gobernador ha asumido ya el control de la campaña priísta en el Estado: reanimando a su alicaído partido y a sus candidatos; se reúne con ellos de manera anticipada a esta decisión, no sólo prometiéndoles el “apoyo de su gobierno” sino dictándoles la línea a seguir, como el jefe de la campaña priísta en Puebla.

Con una acción perfectamente calculada, el gobernador toma una grave y difícil decisión, pero su “razón de estado” se lo exigía: “sacrificar” a su hombre fuerte desde el poder, para operar libremente en todo el Estado con el membrete de Coordinador Estatal de la Promoción del voto priísta. Zavala andará libre, andará suelto, haciendo y deshaciendo a su antojo, sin mostrarse abiertamente, sino operando desde lo más oscuro del poder.

Como en política cuando se dice no es que sí, Valentín Meneses al negar que la inclusión de López Zavala a la campaña formal sea una muestra de debilidad del tricolor (ver nota de Claudia Lemus, Milenio, 15 de agosto de 2007), nos deja claro que el gobernador no está dispuesto a ceder el Congreso del Estado.

Aprovechando nuevamente la coyuntura política, esta vez a su favor, el gobernador acelera el paso y hasta el último momento, en el filo de la navaja –a punto de cerrarse el plazo establecido por la ley electoral para definir procesos internos de selección de candidatos por los partidos políticos- desplaza a Valentín Meneses -quien nuevamente termina asumiendo y encarnando los errores de su partido: conflictos internos, toma de instalaciones, protestas, manifestaciones, deserciones, etc- por un operador, clon político del gobernador –Javier López Zavala- probado desde el poder y haciendo uso del poder, en toda la extensión de la palabra.

Con su nombramiento como candidato a diputado plurinominal y coordinador estatal de promoción del voto, Zavala asume esta responsabilidad sin sobresaltos ni grandes olas dentro de su partido. Llega a coordinar una estrategia de partido como si siempre hubiera estado al frente del PRI, investido de toda la información política estatal, sólo disponible y reservada para quienes han tenido acceso al poder y lo han ejercido.

El gobernador gana también al colocar en Gobernación a un incondicional, Mario Montero, con la encomienda de dar una cara amable y amistosa a la oposición política, sabiendo que la prioridad política en estos momentos no es la gobernabilidad del Estado sino conservar el Congreso Local

El poder existe para ejercerse, decía Maquiavelo, de lo contrario, no sirve para nada y mientras el gobernador se mantenga en el poder, lo ejercerá sin reservas. Por eso, esa virtud esencial de todo político es estar dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener el poder y conservarlo.

Prudencia, habilidad y recursos son elementos necesarios para hacer efectiva esta virtud. Todas las demás virtudes convencionales como la honestidad, la generosidad, el valor y la piedad deben subordinarse a la búsqueda del poder y aún como virtudes, decía el mismo Maquiavelo, son convenientes mas no esenciales.

Queda claro que esta elección no será pareja ni equitativa, pues la competencia no será entre partidos sino contra el gobierno del Estado

El autor es Secretario General Adjunto del CDE del PAN.

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