lunes, 20 de agosto de 2007
El Proyecto Z se lo llevó la M
Tiempos de Nigromante
de Arturo Rueda
artrueda@laquintacolumna.com.mx
CAMBIO
La deslealtad del Proyecto Z
Hasta ayer, el Proyecto Z era una leyenda urbana bautizada así por el columnista Manuel Cuadras. Un proyecto personal de cara al futuro, operado sigilosamente desde la Secretaría de Gobernación, pero del que no se tenían pruebas documentales que incriminaran a Javier López Zavala. Un secreto a voces. Hoy, gracias a la traición de uno de sus ex subordinados, podemos presentarle a los poblanos el documento estratégico que guió los pasos de Zavala durante sus más de dos años al frente de Gobernación: la priorización de un proyecto zavalista rumbo a la alcaldía y la gubernatura en detrimento del proyecto marinista de gobierno. El usufructo de la estructura gubernamental para sumar a sus beneficiarios a la causa del autodenominado “hombre más poderoso del sexenio”. La deslealtad política más grave de los últimos años: los beneficiarios del gobierno, antes que agradecerle al gobernador, debían formarse en las filas del zavalismo para seguir recibiendo apoyos. Ahora se explica el por qué del crecimiento de la figura de Zavala y la devaluación de Marín en los azarosos días del escándalo. Nadie le debía nada al gobernador. Todos se lo debían todo al secretario de Gobernación.
Los documentos en poder de CAMBIO y que hoy presentamos a la opinión pública son contundentes y muestran la perversión máxima a la que llegó el Proyecto Z. Una patrimonialización distorsionada. El gobierno no sirve a un proyecto ideológico, al liderazgo de Mario Marín y mucho menos al partido del cual emanó el gobernador. Sirve a un burócrata oscuro y mediocre, cuyo único mérito fue ser un buen empleado. Así que ni el PRI ni el liderazgo del gobernador se beneficiaron con las acciones gubernamentales en lo que va del sexenio: los únicos beneficiarios fueron Zavala y su cofradía, que fueron llevados a los principales cargos con una sola misión: no trabajar para los poblanos, ni para reducir los bajísimos índices de desarrollo humano, calidad educativa y marginación. No, fueron colocados ahí para llevar a su patrón a alcaldía primero y a la gubernatura después.
Esta es la declaración de principios del Proyecto Z, sus primeras líneas: “buscar la rentabilidad electoral, mediante la priorización y viabilidad de todas aquellas peticiones solicitadas, garantizando que cada persona o grupo solicitante se convierta en un activo político que realizará acciones de respaldo y promoción al proyecto.” Para ello, se construyó una estructura basada en la recepción y solución de la demandas ciudadanas que eran canalizadas a través de la dependencia. Según el proyecto, luego de hacer un análisis de viabilidad y rentabilidad electoral se procedía a la respuesta inmediata que traería la rentabilidad electoral, la promoción al voto y finalmente la movilización electoral.
Parece increíble: el documento detalla como los únicos compromisos, los reales, los que merecía la pena cumplir, era los que hacía Javier López Zavala. No los del gobernador, ni siquiera los del partido, mucho menos los de la campaña electoral. En primer lugar, siempre en primer lugar, se encuentran los compromisos públicos que Z —léase López Zavala aunque en el documento nunca se menciona su nombre— hacía en sus diversas giras. Más increíble: los compromisos que el gobierno debía cumplir, en segundo lugar, eran los “compromisos sin Z”, referentes a las promesas que hacían la esposa y familiares del ex funcionario estatal.
En esta situación cabría preguntarse si en los dos años, siete meses y veinte días desde que inició el sexenio hemos sufrido al gobierno marinista o al gobierno zavalista. Es decir, si ante el poder exacerbado que disfrutó Javier Lóez Zavala al imponer su mediocracia –de mediocridad- al nombrar funcionarios a diestra y siniestra dispuestos a apoyar su proyecto político, fueron desplazados en la toma de decisiones los verdaderos leales a Marín. Siguiendo con la lógica, si Zavala impuso su estilo personal en detrimento del estilo personal del gobernador, ¿hasta dónde tiene la responsabilidad Marín del fracaso del gobierno que llevaba su nombre pero en realidad era operado por otra persona?
La historia del Proyecto Z, sin embargo, todavía no ha concluido. Porque si bien Zavala abandonó a regañadientes el gobierno estatal, sus operadores permanecen ahí: los delegados de Gobernación, Darío Carmona y su (supuesto) control sobre el magisterio, además de Alejandro Armenta –pieza clave en la gestoría de apoyos-, Lázaro Jiménez en la SCT –coordinador informal del Proyecto- y el plomerito Gerardo Mejía, que con toda la impudicia del mundo le pidió a Montero quedarse en Participación Ciudadana. ¿A qué? ¿A seguir desviando la estructura gubernamental para su todavía jefe moral?
Todos estos operadores debían plantarse hoy mismo en dónde está su lealtad: si en el Proyecto Z o con Mario Marín.
*** Poder de convocatoria. Prácticamente toda la elite política, gubernamental, empresarial y de medios de comunicación acompañó a Guillermo Deloya en su tradicional comida de los chiles en nogada. Por supuesto, a la ex Hacienda Muníve también llegó el gobernador para acompañar a su secretario particular. El único ausente, aunque nadie lo extrañó, fue Javier López Zavala. En realidad, fue la comidilla de todos los presentes.
El que también mostrará su músculo político será Enrique Doger, cuando el próximo viernes festeje su cumpleaños cincuenta en el Salón Tres Marías. En realidad, el cumpleaños del alcalde fue ayer, pero decidió festejar en su íntima intimidad con la familia, por lo que la fiesta fiesta será el viernes próximo. Todavía hay tiempo para llevarle regalo.
*** Más sobre Zavalita.
“Quisiera referirme a tus comentarios sobre Zavalita o mejor dicho el triste López Zavalita:
“Estoy de acuerdo que Zavalita utilizó su ladrillo en Gobernación, haciendo mal uso del dinero público, con la complicidad de la bancada panista del H. Congreso a quienes se entregaron evidencias y no las hicieron valer en su comparecencia. ¿Qué cuales evidencias? TODOS LOS DIPUTADOS LOCALES tenían en sus manos el boletín promocional del EGO de Zavalita.
“¿Te parece poco 60 mil ejemplares de “DIALOGOS” en edición al cien por ciento a todo color, papel cuche de alto gramaje con un costo que supera cualquier libro gratuito? Cada pasquín oficial impreso con dinero del pueblo, acumulaba más de 40 fotografías de nuestro salvador chiapaneco.
Desde luego que esas fechorías la historia las olvida, pero gracias al internet ahora podemos recrearnos durante varios sexenios. Bueno si existe la internet y los sitios de protesta. Por cierto no dejen de visitar http://zavalita.blogspot.com Déjenle un mensajito a nuestro héroe de esta web-película. Gracias por tu apoyo y desde luego publicación”.
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