miércoles, 15 de agosto de 2007

Operación cicatriz


Zavala y la operación cicatriz en el PRI

Por Valentín Varillas Henaine

La designación de Javier López Zavala como promotor del voto priista en el estado para el proceso electoral del próximo 11 de noviembre es una clara muestra del tremendo nerviosismo que invade al tricolor previo a esta contienda.
Según los sesudos cálculos de la dirigencia de ese partido, el ex secretario de gobernación podría ser fundamental en su desempeño electoral ya que, en los tres años que estuvo al frente de la cartera más importante del gabinete marinista, López Zavala tejió una serie de relaciones y amarres con actores políticos y sociales ligados prácticamente con todos los partidos políticos que ahora podrían estar al servicio de los intereses del Revolucionario Institucional.
Para el PRI, los actuales presidentes municipales son fundamentales para garantizar su voto duro, sobre todo en aquellas comunidades en donde todavía se registran problemas graves por el desarrollo de los procesos internos para la elección de sus candidatos.
Y aquí es donde la figura de López Zavala se vuelve fundamental.
Acostumbrado a la conciliación como arma principal para la resolución de conflictos y a la negociación como herramienta para alcanzar acuerdos, hoy Javier tendrá la enorme tarea de emprender una muy complicada operación cicatriz en su partido para evitar una auténtica catástrofe electoral, que ocasionaría no sólo un retroceso sin precedentes del priismo en la historia del estado, sino que además, le complicaría enormemente la segunda parte del sexenio a su ex jefe y amigo Mario Marín.
Como Secretario de Gobernación, López Zavala tuvo contacto con ellos, en ocasiones fue fundamental para desactivar conflictos que en algunos casos llegaron a complicarles la gobernabilidad de sus municipios y ahora parece ser un buen momento para devolver el favor intentado cerrar filas en torno a una unidad priista que existe sólo en el discurso de sus dirigentes más no en la realidad.
La tarea en el papel luce titánica no sólo por lo complicado de la misión en sí, sino porque los resultados esperados se tendrán que dar de manera inmediata.
El tiempo está encima, la elección está a la vuelta de la esquina y en algunos de estos municipios en donde el PRI se ha dividido, el tricolor no es ya la primera fuerza política.
Ahí están los casos de Atlixco y San Martín Texmelucan por citar tan sólo dos.
Sin embargo, a pesar de que existe la percepción de que su inclusión en la lista de candidatos del PRI a la diputación plurinominal y su consiguiente salida de Gobernación es una contundente derrota política para el chiapaneco, lo cierto es que el panorama para Javier López Zavala podría no ser tan pesimista en los hechos.
Con su flamante nuevo cargo partidista, J Lo podrá afianzar y en algunos casos ampliar su presencia y nivel de conocimiento en prácticamente todo el territorio del estado, lo cual resulta nada despreciable en alguien cuyo proyecto político primordial es convertirse en el próximo candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.
Por si fuera poco, López Zavala se ve ya en el espejo de Mario Marín, quien antes de ser designado candidato a la gubernatura, fungió también como encargado de la promoción del voto priista en la entidad.
¿Podría repetirse la historia?
¿Le alcanzará?
Se ve muy difícil ¿no?

latempestad@statuspuebla.com.mx

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