martes, 14 de agosto de 2007

Se le acaba el oxigeno al proyecto chiapaneco


El tropiezo del proyecto Z

Todo empezó desde la tarde del viernes, cuando la gente cercana a Javier López Zavala y Alejandro Armenta fue citada a reuniones urgentes en sus respectivas secretarías.
Las caras de preocupación hicieron evidente que Zavala había recibido la noticia de que dejaría la Secretaría de Gobernación, para integrarse a la lista plurinominal de su partido con miras a convertirlo en el líder del Congreso.
Sin embargo, el llamado hombre fuerte del marinismo empezó a mover sus piezas para intentar convencer al gobernador de que su presencia en el gabinete era fundamental, y que desde su posición de operador podría controlar los hilos del Congreso.
Las horas pasaban y la preocupación seguía creciendo.
Al llegar la media noche, era un hecho que Zavala dejaría Gobernación, aunque se insistía en que no iría a la plurinominal, ya que ese puesto sería para Alejandro Armenta.
Otro de los rumores que dejaron correr, fue en el sentido de que Zavala iría al PRI, que Valentín se iría a la plurinominal, que Armenta a Gobernación, y que Montero a Sedesol.
Y es que ése era el escenario idóneo para el grupo Z, aunque en realidad el único que conocía el final de la historia era el gobernador Marín.
El calvario continuó la mañana del sábado, con una larga reunión en Casa Puebla en donde se congregó toda la burbuja marinista.
Al término de la junta, Zavala abandonó la casona de Los Fuertes para preparar una conferencia de prensa en la que se confirmó su salida de Gobernación.
A partir de ese momento se dieron los jaloneos con el fin tratar de impedir la llegada de Mario Montero a la titularidad de la Segob.
Pese a todos los esfuerzos, el gobernador Marín fue tajante al designar a Mario Montero como su nuevo secretario de Gobernación.
Evidentemente, la batalla del sábado la perdió Zavala.

Las lecturas del día después
Aunque seguramente López Zavala será designado por el PRI como promotor del voto en el estado, la realidad es que con este nombramiento se debilita el proyecto Z.
Para nadie es un secreto que Zavala se verá obstaculizado en su proyección política una vez que llegue al Congreso.
En la hipótesis de que el PRI ganara la mayoría, el extitular de Gobernación se verá limitado a operar los acuerdos políticos y legislativos; además de que será observado con lupa por la oposición para desarticular sus aspiraciones gubernamentales.
Y en caso de que el PRI perdiera esa mayoría, Zavala se vería reducido a líder de su fracción parlamentaria, y seguramente esperaría cualquier oportunidad para solicitar licencia para buscar la dirigencia del PRI estatal.
Por lo pronto, hay que decir que después de muchas victorias, en donde Zavala vio caer las cabezas de muchos miembros de la burbuja, esta vez le tocó perder una batalla.
Sin embargo, la nueva apuesta de Zavala —desde la Coordinación del Voto—, será demostrarle al gobernador que su capacidad como operador electoral lo puede llevar a ser el próximo candidato al gobierno del estado.
Y para eso, el PRI deberá ganar la elección.
Así de fácil y así de sencillo.

El caso Montero es distinto
Su debilidad electoral lo convierte en el secretario de Gobernación con el que sueña cualquier gobernador.
Él mejor que nadie —cuando menos eso creo— sabe que no tiene proyecto político propio; de ahí que su esfera se reduzca a darle resultados al gobernador.
Si Montero no pierde el piso y se dedica a trabajar, puede rendirle muy buenos resultados al gobernador. Si Montero empieza a soñar, correrá la misma suerte que muchos de sus antecesores.
Él tiene la palabra.


Comentarios a Enrique Núñez: enunez@intoleranciadiario.com

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