Elección BUAP

UAP, elecciones desalmadas

hipotenusamath@hotmail.com

 

      Oh, compañeros lectores: el día de hoy no hablaré de la cantidad de cañones, buscapiés y palomas que explotaron en el DF. No hablaré del reciente nombramiento de Norberto Tapia como titular de la RTC por Juan Camilo Mouriño. Nada diré de la penosa posición de México en torno a la libertad de expresión. No mencionaré, ni de paso, la renuncia (no retiro) de Fidel Castro Ruz a la presidencia y comandancia en jefe. Tampoco comentaré, con mis deficientes conocimientos de astronomía, el espectáculo de la luna antier vulnerada.

 

El país, es una obviedad decirlo, está muy agitado, y las noticias, y por tanto, las amenazas, bullen como litros de agua en diminuto posillo. Pero, al menos por esta ocasión, no puedo tratar ninguna de ellas; me ocupa algo más importante y, además, cercano a mí, a los universitarios, a la índole primordial de esta sección.

 

Mientras El Búnker de hoy está por ser parido y ver la luz, las elecciones de la Universidad Autónoma de Puebla se encuentran, mínimo, en plena y volcada efervescencia. Las facultades renuevan a sus directores y, ya encarrerados, a sus amigos.

 

La percepción de desolación electoral en la universidad demuele. La impresión de desánimo en la casa de estudios desmorona.

 

Grilla hay. Politiquería tampoco falta. ¿Política de altos vuelos? No sé de ella (¿estará tan elevada que no la alcanzo a divisar?). Ni siquiera sofismas. Los testimonios que me son confiados por gente de la Facultad de Ingeniería y de Filosofía y Letras no hacen más que confirmarme cómo los intereses (pérfidos) de los grupos prevalecen. Las votaciones están ponderadas en el descrédito, pues son solamente parafernalia para anticiparse a la subsanación de la “oposición”. Y muchos que aún no tenemos la experiencia de la votación universitaria preferimos mantenernos al margen (en los pasillos se escucha que por los edificios corren fantasmas, al tener los salones vacíos; es decir, las abstenciones dejan de ser especulativas).

 

Genial, la baja política no sólo ocurre en los altos niveles. También se filtra en escenarios micro.

 

Yo me he guardado mi voto, libre y secreto.

 

Pobre universidad.