Gerardo Mejía Ramírez director de Participación Ciudadana del Gobierno del Estado.
La muerte del diputado federal, Mario Mendoza, sorprendió a Javier López Zavala, quien veía en el joven político como su representante en el Congreso de la Unión, así como uno de sus discípulos más cercanos para seguir apoyando. Ahora, ese lugar fue ocupado por Gerardo Mejía, su asistente en la secretaría de Gobernación a quien depositó toda su confianza, tanta, hasta para asignarle las tareas más discretas.
Es por eso que Zavala puso la carne en el asador para apoyar a Mejía en un lugar envidiable en la lista de regidores. Este gesto de confianza tiene una historia: en los tiempos en que Mario Marín era alcalde, Zavala fue señalado por actos de corrupción al frente del DIF Municipal. Para limpiar la imagen de Zavala y asegurar su candidatura a diputado local por el distrito 3 (fue el único priísta que ganó en la ciudad), Gerardo Mejía aceptó servir de conejillo de indias y admitir que el déficit financiero provenía del programa que él dirigía, denominado Fuerza Joven.
Tal acción de fidelidad ganó el corazón de Zavala para siempre.
Con información de Erika Rivero Almazán / Cambio.
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