Los más pobres
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A los Hernández ayer no les salieron las cuentas. Los ingresos familiares, por más que los estiraron, apenas les alcanzan para que los tres hijos que van a escuelas públicas puedan pagar los 10 viajes diarios –dos de cuatro y uno de dos– hasta el jueves, sin tomar en cuenta lo que gastan sus padres, que juntos llevan ingresos a la semana por mil 500 pesos a la casa. A la renta no le pueden bajar, pero sí a los alimentos, cada día más bajos en proteínas. El 25% al pasaje del transporte público acabó con su endeble estabilidad.
Su historia es la de cientos de miles de poblanos, que saben desde ayer lo que es pagar más por un pésimo servicio que no cambió en nada. La decisión oficial no obligó a los permisionarios a mejorar, es más, sus choferes se quejan de que desde ayer les aumentaron las cuentas y el aumento no se reflejará en sus ingresos, aunque sí en la presión por entregarle más dinero a sus patrones.
El alza del pasaje autorizado –de cuatro a cinco pesos en microbuses y camiones y de cuatro a 4.50 pesos en camionetas– repercute en los ingresos de más del 40 por ciento de los poblanos de la capital que –según cifras oficiales– sobrevive con un salario mínimo y destina la mitad de sus ingresos para el traslado de sus familias.
De acuerdo a la secretaria de Desarrollo Social, Fernanda Díez, en el municipio de Puebla están contabilizados 54 polígonos de pobreza, en donde viven por lo menos 700 mil poblanos que usan el transporte público para sus traslados diarios.
Explicó la funcionaria: “afecta de manera considerable el aumento en el pasaje, si pensamos en una de las miles de familias que sobreviven con un salario mínimo, entonces veremos las afectaciones; si tres de sus integrantes ocupan el transporte público, tienen que pagar tres boletos de ida y tres de vuelta, con lo cual estarían pagando seis pasajes; es decir, 30 pesos, cuando antes pagaban 24 pesos y cerca del 50 por ciento de sus ingresos son destinados para trasladarse de un lugar a otro”. Los pobres viven en cinturones de miseria, y en ocasiones tienen que usar 4 pasajes diarios para cumplir con ir a la escuela o al trabajo.
El aumento al transporte público que entró en vigor ayer es un golpe severo a la economía de las familias más necesitadas de la capital del estado. No hizo falta que llegaran las repercusiones de la crisis de Estados Unidos. El 25 por ciento más en el pasaje les pega en el corazón y el futuro a quienes apenas recibieron un 4 por ciento de aumento en enero y llevan a sus casas 50 pesos diarios. Ésos siguen siendo mayoría en nuestra ciudad.
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