martes, 11 de marzo de 2008

Antorchos otra vez

No somos invasores ni somos antorchistas

400 familias se reparten predios al sur de la ciudad. “No se trata de un acto de mala fe. Pero es que necesitan donde vivir” 

 

Intolerancia

Mario Martell

Foto Rodolfo Pérez

 

La colonia Balcones del Sur es un páramo. Casi se pueden tocar los cerros pelones, hay algunas cuantas calles pavimentadas. Lo demás es solamente el polvo que los rayos del sol levantan. En el camino principal hay casas abandonadas, sus muros grafiteados. Al topar con pared uno encuentra el fraccionamiento Hacienda Las Fuentes, un fraccionamiento urbanizado y con todos los servicios. A su alrededor hay algunas casas que cuentan con pozos de agua.

 

Con bloques de tabique, plástico, mantas de anuncios, cobijas, sillones viejos y rotos, con propaganda política del PRI y Blanca Alcalá, llantas viejas, láminas de cartón, construyen sus viviendas improvisadas.

 

—¿Y quién es el líder?

 

—Aquí no hay líder —responde una señora regordeta, que de inmediato se mete a su vivienda.

Sale un hombre.

 

—¿Y los líderes dónde están?

 

—Por allá. Luego vienen. Yo no sé. Estoy durmiendo.

 

Dice que está cansado porque hizo guardia toda la noche.

 

El techo de su vivienda está hecho con propaganda del PRI.

 

La señora se vuelve a asomar. Junto a ella hay dos niñas de 5 años. En el predio no hay agua. La familia que ya ocupó su vivienda improvisada cuenta con dos cubetas de agua.

 

A unos cuantos metros está otra vivienda diminuta de láminas de cartón. Se trata de una tiendita donde venden tacos y dulces: “se vende tacos”, cuelga un letrero, en la colonia en ciernes.

 

Otras mujeres hacen guardia y como si se tratara de la playa ocupan gafas contra el sol compradas en la fayuca, junto a un comal.

 

Algunas viviendas parecen tepees apaches, otras son puestos de tacos ambulantes, con llantas viejas se sostienen los plásticos de las viviendas improvisadas.

 

Uno de los predios fue ocupado desde la semana pasada. El otro fue ocupado por la mañana.

 

En el predio se inicia la repartición de los espacios para los colonos.

 

Los colonos se reparten los predios, al mediodía no hay presencia policiaca ni tampoco autoridad que intervenga en la toma de los predios.

 

Un habitante del fraccionamiento Hacienda Las Fuentes señala que hasta hace unas semanas el predio colindante con el fraccionamiento no estaba ocupado.

 

Hacienda Las Fuentes es un fraccionamiento típico de clase media, con sus casas idénticas y ordenadas simétricamente, para entrar hay que pasar una caseta de vigilancia. Al lado del fraccionamiento está una parada de camiones.

 

Mujeres con palas y picos marchan apresuradas hacia el nuevo predio que se ha tomado.

 

Una treintena de colonos se dividen el terreno, miden y trazan linderos. Aunque dicen no pertenecer a organización no faltan los indicios algunas camionetas con el típico logotipo de la organización Antorcha Campesina, o microbuses con la propaganda de la candidata priista a la alcaldía Blanca Alcalá Ruiz. Tampoco falta alguna camioneta Voyager.

 

 

***

 

 

Unas 400 familias ocuparán los predios de ubicados en la tercera sección de Balcones del Sur, revela Arturo Carmona, un hombre de cabello corto que platica con los reporteros.

 

Un grupo de colonos toma Coca-Cola bajo un manteado de plástico que sostienen algunos palos.

 

Arturo Carmona dice que él no es el líder, pero lo parece, él y otra señora de un grupo de cinco, es el único que platica los motivos de la ocupación de los predios.

 

—Mire, no tienen ni para pagar una casa. No tienen 100 ó 200 mil pesos para pagar un terreno.

—No se trata de un acto de mala fe. Pero es que necesitan donde vivir.

 

—Nosotros confiamos en que el gobierno venga a mediar.

 

E insiste:

 

—Mire, aquí hay mucha gente de la tercera edad, madres solteras, señoras embarazadas, hay discapacitados.

 

Otra señora ataja sin que medie ninguna pregunta:

 

—Nosotros no somos antorchistas. Nosotros no somos de ninguna organización.

 

—Sólo que necesitamos un patrimonio para nuestros hijos.

 

—¿Podemos tomar algunas fotos? —pregunta el fotógrafo.

 

—Sí, a la mejor a la gente así se le ablanda el corazón al ver las casitas.

 

—Queremos hacer un parquecito, queremos áreas verdes, una guardería, área para una escuela y para el jardín de niños.

 

—Y también una capilla, tercia otro colono.

 

—Vamos a organizar unas brigadas de salud y de seguridad.

 

Regresa a la idea inicial:

 

—No somos invasores, ni somos antorchistas, estamos dispuestos a pagar los terrenos. Estamos dispuestos a llegar a un arreglo con los dueños del predio.

 

—¿Cuánto mide el terreno?

 

—Nosotros no lotificamos porque no somos ingenieros. Simplemente trajimos algunas cosas y nos vamos a poner de acuerdo. Y si alguien nos viene a asesorar lo aceptaremos.

 

—Nosotros queremos llegar a un acuerdo, lo vamos a pagar pero poco a poco.

 

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