El juego sucesorio desde el  Legislativo   
   
Martes 11 de Diciembre de 2007
      
Fernando Maldonado / TV Azteca
   
 
    
La expectativa por quien ocupará la presidencia de la Gran Comisión en la composición de la nueva Legislatura tiene que ver estrictamente con proyectos políticos de largo aliento.
 Martes 11 de Diciembre de 2007
Fernando Maldonado / TV Azteca
La expectativa por quien ocupará la presidencia de la Gran Comisión en la composición de la nueva Legislatura tiene que ver estrictamente con proyectos políticos de largo aliento.
De la personalidad que ocupe el asiento del  aún diputado Pericles Olivares Flores podría depender la candidatura priista al  gobierno del estado dentro de dos años y medio. No solo se trata de un cargo  administrativo-político que lo mismo promulga, analiza y vota iniciativas de  ley.
 El papel de quien ostente esa  responsabilidad supone una actuación más actuante y decidido, mucho más allá de  las paredes del añoso edificio que alberga al poder Legislativo. La decisión de  quien vaya a conducir el destino del Congreso de Puebla tiene que ser tomada con  la calma y la sensatez del artesano, por que existe además el riesgo de alterar  los equilibrios entre las fuerzas políticas que rodean al propio  gobernador.
 Si la balanza se inclinara por la diputada  electa Rocío García Olmedo, la lectura obligada sería que el gran elector habrá  decidido premiar a su secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano un hombre  con talento y oficio político que ha sabido mantener una amistad entrañable con  la legisladora que supo recuperar la curul por Atlixco, luego de la supremacía  panista.
 Esa sería una señal temprana en el juego  sucesorio en Casa Puebla, lo cual traería como secuela inmediata un turbulento  golpeteo entre los cercanos al mandatario con capacidad para buscar la  candidatura al gobierno del estado.
 Queda Humberto Aguilar Viveros, el alfil del  ex secretario de Gobernación, Javier López Zavala a quien no se le conoce  talento suficiente para la encomienda.
 Y finalmente, el propio López Zavala, un  hombre con la suficiente experiencia legislativa y administrativa. Hombre  cercano al mandatario y por tanto capaz de concitar todos los recelos entre  quienes aspiran a la candidatura, parece perfilarse como el más  idóneo.
 La última carta no está aún sobre la mesa,  el perfil de quien ocupe la primera curul en el congreso del Estado dependerá de  otros factores. En el juego de reacomodar sus piezas en el tablero de la  política, el gran elector ha dado muestras de saber engañar con la verdad.  Veremos que nos reserva. 
 

 
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