|      2007, personajes de luces y sombras   Una campaña   electoral descafeinada pero con resultados inesperados, una sentencia de la   Corte sin novedad, un trienio municipal que termina sin guillotina, un   gobernador que resucita, un partido que se destruye, se rearma y otro que   vuelva a cantar sus añejas glorias. El 2007 se fue   con muchas penas y contadas glorias.
 Pero dejó un campo de cultivo que permite entrever a los personajes que   marcarán el destino del Puebla para el 2008, así como quienes se colapsaron y   aquellos cuyo destino aún es incierto.
     Los que se fueron     Amparo Espinosa Rugarcía Fue una de las grandes figuras poblanas de los últimos tiempos. Política   siempre, generosa igual, fue una mujer que supo ganarse el corazón y   reconocimiento igual de gobernadores, presidentes municipales que personas de   escasos recursos. La fundación que lleva su nombre (y el de su madre) fue una   pieza fundamental para el impulso de las artes, la cultura y al bienestar   social en general. Gracias al museo Amparo, que cuenta con una   infraestructura que no le pide nada a los grandes museos internacionales, Puebla   ha podido ser cede de innumerables exposiciones de calidad internacional.   Enumerar toda la labor humanística de Amparo Espinosa resultaría   interminable. Descanse en paz.
   Enrique Montoto Imposible mencionar su nombre sin el don antecediéndolo. Uno de los diez   empresarios más prósperos de Puebla, propietario de la concesionaria C. Montoto (ahora en poder de Luis Regordosa   Valenciana) y de dos inmobiliarias (Maen y Moar,) fue víctima de un paro cardiaco-respiratorio en su   domicilio. A sus 80 años deja un ausencia imposible de sustituir tanto en su   familia, en muchos amigos, en el gremio político-empresarial, pero deja la   semilla de su labor altruista en apoyo a la comunidad universitaria (fue   consejero de la Udla, y hasta su muerte, de la   BUAP), así como el ejemplo de un hombre pleno y exitoso en todos los rubros   de su vida, principalmente en el humano y familiar.
     Los que resucitaron
 Mario Marín   Torres
 Después de la pesadilla que vivió a partir del escándalo del 14 de febrero   del 2006, cuando los medios nacionales sacaron a la luz la grabación de su   conversación telefónica con el empresario Kamel Nacif, será hasta este final de año cuando pueda dormir   tranquilo nuevamente, con la seguridad de que su sexenio no peligra más. La   Suprema Corte de Justicia de la Nación no pudo darle mejor navidad al   exonerarlo de cualquier violación en contra de los derechos humanos de Lydia Cacho. Recuperado el poder (no así el desprestigio   de ser conocido como el gober precioso), se perfila   para continuar en paz los tres años de su gobierno, sin quitar el dedo del   renglón para heredar su trono a un sucesor extraído de la burbuja marinista.
   Javier López Zavala Su suerte pendía del mismo hilo de su maestro y amigo Mario Marín. Al   garantizar su acceso al CongresoLocal al candidatearlo para una plurinominal   fue la señal inequívoca de que el delfín del gobernador debería ser   custodiado. La sorpresa electoral también se la llevó el propio Zavala, en   calidad de coordinador de campaña del PRI al llevarse casi el carro completo   en las diputaciones locales y la presidencia municipal de Puebla. Nadie lo   hubiera apostado 4 meses antes del 11 de noviembre. Como sea, el exsecretario de gobernación está cubierto de gloria, lo   que le garantiza el apoyo incondicional del gobernador para echar a andar su   Proyecto Z, en búsqueda de la gubernatura en el 2011.
   Mario Montero Serrano Tras la derrota en las elecciones federales como candidato a senador (con Melquiades Morales en primer lugar de la fórmula) se   retiró de la burbuja marinista para dedicarse a la administración de sus   negocios. Aunque era el favorito para ocupar la secretaría de gobernación a   la salida de Zavala, Montero siempre lo negó: yo estaré a donde me lo pida mi   amigo, el gobernador Marín. Su reingreso al poder lo hizo por la puerta   grande, y hasta el momento, los asuntos más álgidos en el estado han sido   resueltos con mesura y astucia.
    Francisco Fraile El pastor regresó a dirigir su rebaño. La pésima campaña de Toño Sánchez Díaz de Rivera fue el antídoto contra el   olvido, sobre todo en este momento que el PAN se enfrenta a sus propios   demonios y vive la agonía de la urgente recomposición de sus cuadros a falta   de liderazgos naturales, tan necesarios en momentos de debacle, cuando ese   partido enfrenta su peor racha electoral y de poder de los últimos 10 años.   Fraile vuelve, si, pero sólo su calidad moral de guía, de pastor, pues.
 Su tiempo de eterno candidato ya pasó.
   Manuel Bartlett Después del senado, la nada. El líder nacional de su estatuto estaba en el   limbo. Hasta que su alumna más aventajada ganó una empresa que se creía   perdida: la presidencia municipal de Puebla. Bartlett   fue una pieza importante para que la plaza no se perdiera. El exgobernador de Puebla regresó a su tierra laureado y   aplaudido. El mes pasado, el alcalde Enrique Doger   le entregó la máxima presea: la cédula real. Y los bartlistas   salieron de sus escondites para recuperar el poder extraviado en el sexenio   de oscurantismo para ellos: el de Melquiades   Morales.
   Blanca Laura Villeda Venció al cáncer, a la crítica encarnizada, a los medios nacionales, a Lydia Cacho y a la Suprema Corte de Justicia. La   procuradora nunca se fue de su puesto como muchos vaticinaron, ni se irá.   Ahora, más fuerte que nunca. Para bien o para mal, Puebla seguirá teniendo   procuradora por tres años más.
 En la próxima entrega analizaremos las promesas del 2008 y quiénes se   encuentran en la tablita, con un destino incierto
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