Cometarios de Rodolfo Ruiz / e-consulta
Una de las razones que ayudaron al PRI a recuperar espacios en ambas entidades, es que la figura de los gobernadores Fidel Herrera y Ulises Ruiz, cuestionados por su desempeño como mandatarios, nunca se distanciaron ni cedieron la operación electoral de su partido ni permitieron que sus candidatos dejaran de hablar de las acciones emprendidas por sus administraciones.
En Puebla, Mario Marín Torres no ejerce ese liderazgo dentro del partido y su lugar, que era ocupado por el ex secretario de Gobernación, Javier López Zavala, se perdió cuando el funcionario dejó la dependencia para aparecer en la lista de candidatos a diputados por la vía plurinominal.
El PRI ha optado por mantener una distancia del gobierno de Marín Torres y de su administración, como si tuviera temor de que el escándalo del Lydigate resurgiera en perjucio de sus candidatos a presidentes municipales y diputados.
Otro elemento es que en el PRI estatal hay tres generales, quienes lejos de trabajar por una misma causa buscan cualquier pretexto para aparecer como el de mayor jerarquía, aunque ello implique dar una contraorden.
Y finalmente, está el histórico electoral de la entidad, el cual confirma que en cada elección local el PRI pierde posiciones. En 1998 ganó 25 diputaciones y 182 ayuntamientos, para el 2001 obtuvo 20 legisladores y 132 alcaldes y en el año 2004, logró 23 diputados y 114 ediles.
Por esas razones, entre los operadores del tricolor existe pesimismo.
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