viernes, 21 de septiembre de 2007

Los enviados de Zavala dañan a Blanca


Dividido, el búnker de Blanca
gar_pro@hotmail.com

Garganta profunda / Milenio / Arturo Luna



Bastó una simple exposición mediática para evidenciar lo que ya era la comidilla entre la clase política: los golpes, la tensión y la división entre los dos equipos de Blanca Alcalá: el que encabeza, por un lado, la jalisciense María E. Sherman y el que liderea, por el otro, el diputado Juan de Dios Bravo, ambos en pugna permanente por el control y la dirección de la campaña de la priista –sin importarles el daño terrible que le están haciendo a quien juran estar sirviendo–.


Protagónico y herido por ser desplazado por la Sherman de la coordinación general, fue Bravo –político mediocre y aldeano como pocos, pero posición de Javier López Zavala–, el que enloqueció de plano, abrió de más la boca y develó lo que realmente ocurre tras bambalinas en el búnker de la abanderada.


Lo hizo en una entrevista de antología, y grabada por cierto, que por más de un mes estuvo pidiendo él mismo al portal de noticias www.imagenpoblana.com.mx y que se difundió el pasado miércoles bajo la firma del reportero Miguel Ángel Cordero.En esa entrevista, que por su explosivo contenido alarmó a la propia Blanca e irritó sobremanera al dirigente estatal priista Valentín Meneses, lo menos que dijo Bravo fue:


* Que fue él quien prácticamente le comunicó a Blanca que ella iba a ser la candidata.

* Que fue él quien le recomendó a López Zavala bajarse del proceso interno, pues lo iba a dañar el escándalo Marín-Cacho.* Que a continuación Zavala preguntó: “

¿A quién (ponemos)?”, “pues hay dos mujeres y sólo una cubre el perfil”, y que él, Bravo, determinó: “Pues (que sea) ella (Alcalá)”.

* Que figurativamente hablando, Mario Montero y Valentín Meneses son los “tíos” de Mario Marín y Zavala el “sobrino”, y que, como sucede en toda familia, cuando el “sobrino” crece, a los “tíos” no les gusta mucho.

* Que el entonces delegado del CEN del PRI, Maximiliano Silerio, se mostró sorprendido y molesto cuando él, Bravo, le dijo que Blanca iba a ser la candidata, y que don Max preguntó con desprecio: “¿Qué, una vieja (será la candidata)?”

* Que él, no otro, es el verdadero operador político de Blanca, “por amistad, confianza y el pequeño favor de colocarla como la abanderada del tricolor”.

* Que él, nadie más, es quien realmente coordina la campaña de la priista, pues hasta el alcalde Doger reconoce su fuerza política al decir: “Díganle a Juan de Dios, es él quien controla la ciudad” (sic).


Y otras sandeces y atrocidades más que exhibieron las pugnas internas y causaron, más que espanto, horror en el PRI. Tanto que el remedo de político fue obligado a retractarse (otro que no dijo lo que sí dijo) de sus tronantes revelaciones, revelaciones surgidas del rencor por la mano dura que ha empezado a aplicar María E. Sherman, para dejarle en claro que ella es la única que coordina y que, como tal, decide lo que ocurre en la campaña.


En una carta “aclaratoria” enviada a “imagen poblana”, vergonzosa por la ignorancia y el bajísimo nivel intelectual del “asesor” estrella (escribió “transgiversión” (sic) en lugar de tergiversar, por ejemplo), Bravo negó todo, olvidando, empero, que sus palabras están grabadas y se escuchan muy, muy claras.


Más allá de lo que suceda con el imprudente personaje, el daño está causado. Y es que, sea verdad o mentira lo que el locuaz afirma, éste dejó entrever las condiciones de debilidad en que llegó Blanca Alcalá a una candidatura que han intentado tomar de rehén no pocos grupos de poder, con la mira puesta sólo en el 2010.


Hoy, a tan sólo seis semanas del 11 de noviembre, los golpes, las pugnas y la división son evidentes en el interior del “equipo” de la priista, cosa que no la ayudará a ganar como pretende, y mucho menos con “aliados” como Juan de Dios Bravo Jiménez, quien seguramente no sabe que "más ayuda el que no estorba" y que "en boca cerrada no entran moscas".


Pobre Blanca, en serio: con estos bueyes tiene que arar.

No hay comentarios: