lunes, 10 de septiembre de 2007

Hermanito de Zavala hace negocios en CERESOS



Tiempos de Nigromante de Arturo Rueda
Cambio
Testimonios desde el infierno

Los reclusorios en Puebla son territorio ignoto para los ciudadanos. Zonas en las que impera la ley de la selva. Espacio en los que se segrega a lo peor de una sociedad. Desprovistos de derechos políticos, los internos no forman parte del mercado electoral y no reciben la visita de candidatos a gobernantes, alcaldes o diputados locales. ¿Alguien, de algún partido político, ha hecho propuestas de regulación o mejoramiento de sus condiciones? Nadie, que yo recuerde.

Los reclusorios, sin embargo, son un gran negocio para los burócratas que los administran. Gracias, precisamente, a que ni gobernantes o candidatos voltean a ver las instituciones que en teoría debían regenerar a los delincuentes y en los hechos se han transformado en escuelas de refinamiento de la maldad, desde la Dirección General de Reclusorios, hoy adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública comandada por el vetusto General Ayón, se hacen grandes negocios al amparo de la opacidad y la corrupción galopante en dichas instituciones.

En nuestros Ceresos, por supuesto, se puede disfrutar de todo lo que ofrece la vida en libertad.
Solamente que en la reclusión el alcohol, las drogas, las mujeres y hasta los ámbitos mínimos de dignidad, como colchonetas, comida y baños, son materia de tráfico comercial. Es decir, todo cuesta. Y parte, o gran parte de esa mafia, se articula desde el poder público. Los testimonios de los internos incriminan directamente a dos funcionarios: a Aldo Enrique Cruz, Director General de Reclusorios, y a su Secretario Técnico, Filiberto López Zavala, hermano del famoso Coordinador Estatal de Promoción al Voto.

A continuación transcribo algunos testimonios directos de aquellos que sufren los negocios y la opacidad en la que se mueven estas autoridades. Por supuesto, los nombres han sido modificados que evitar las represalias –siempre a la mano- de tan gentiles autoridades.


Testimonio 01 Fernando

Hago de conocimiento del público en general que SÍ se trafica con drogas en el interior del penal, como cocaína en polvo y cochos, que es distribuida por algunos custodios o señores oficiales. Así es como debemos dirigirnos a ellos, con las manos a la espalda y la cabeza agachada o posición de revisión con las piernas abiertas y manos hacia arriba planas hacia la pared. Los custodios son unos individuos que no saben escribir, pero si saben pegar y sobajar, además de traficar. Algunos de ellos, los más torpes ya han caído presos y los llevan a Cholula en donde misteriosamente al poco tiempo los dejan libres. Los internos coludidos son conducidos al modulo “T” en donde reciben tratamiento especial. Esta costumbre está basada en golpes, toques eléctricos y tormentos sicológicos, el cual se divide en tres fases.

Los jefes “oro cero”, uno de ellos de nombre Gerardo Rojas, se siente dueño de todo junto con sus cómplices de confianza entregan cuentas a sus protectores e incurriendo en delitos que no tienen castigo, además de poner su cara de idiotas e hipócritas, cuando viene el general Mario Ayón Rodríguez, Secretario de Seguridad Publica en el Estado, a quien le mienten diciéndole que todo marcha de maravilla mientras la droga se distribuye dentro de las paredes del penal, con la adición de muchos y el negocio de pocos”.


Testimonio 02 Raúl:

En el Penal de San Miguel, todos los internos tienen acceso a todas las áreas, incluyendo a la cocina, en donde se usan utensilios punzo cortantes y que en algunos casos se han utilizado para herir a los internos. No hay control de acceso a hacia los distintos patitos, todos pueden ir a lugar que les place, las exclusas están abiertas, porque los custodios no actúan. Cualquier persona puede entrar a los dormitorios.

En los patios del Cereso son colocadas las tienditas, son como sesenta, todas están controladas y permitidas por Filiberto López Zavala y sus cómplices, quienes cobran rentas que van de $2000 a $5000, dependiendo el giro. Hay de todo, abarrotes, ferretería, cocinas (la mayoría) que utilizan gas LP y cuchillos en el interior. Con precios similares al mercado exterior.

El contrabando de licor y drogas se realiza por conducto del personal de seguridad y custodia, quienes venden marihuana, cocaína, piedra y licor. La grapa de coca cuesta de 140 a 210 pesos que es vendida por los internos (Proveedor seguridad y custodia), su costo varía dependiendo de la escasez. Puesto que, cuando hay operativo (revisión) el pitazo, evita que sean sorprendidos.

En el dormitorio F se fabrica pulque, enterrando en el piso un garrafón de 19 litros , este se ubica en la parte trasera del dormitorio, se llena de agua y levadura (entre otros ingredientes) con fruta para que fermente”.


Testimonio 03 Arnoldo:

Los días de visita tienen acceso al penal de San Miguel en Puebla, las esperadas prostitutas. Los internos colocan carpas (cobijas) en el patio de visita, dentro de las cuales se realiza el intercambio sexual. Se rentan las prostitutas en 300 pesos por cada cliente (interno). Son colocadas alrededor de 60 carpas dos veces por semana. El cobro del espacio es de 80 pesos, que recaba Filiberto López Zavala por conducto del personal de supervisión, seguridad y custodia.
Hay de todo en ese día, es el día de las caricias”.

Hasta ahí los testimonios.

El columnista, por supuesto, se dio a la tarea de verificar la identidad de los internos que ofrecieron compartir su testimonio. Y hay más, muchos más, que involucran a Aldo Enrique Cruz y a Filiberto López Zavala en las irregularidades y negocios que se hacen en los centros de readaptación social. Pronto saldrán a la luz pública.

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