Un charalito se columpiaba sobre la tela de una araña
El llamado delfín del gobernador ya armó no sólo la dependencia que le sirve, desde hace algunos meses, para desviar recursos públicos, sino la estructura que trabajará para él en la campaña a la gubernatura.
Y es que el oriundo de Chiapas y ex integrante de la banda de “Los Colochos” de Derecho de la UAP, no sólo se la pasa comprometiendo el Piso Digno y demás programas sociales a los presidentes municipales a cambio del apoyo incondicional para la campaña, sino que hasta dedica sus tardes libres a bordar sus camisas con el nombre de Zavala —sí, con el mismo logotipo que sus bardas—.
El caso que nos ocupa es la nueva estructura priista que laborará a favor del Proyecto Zeta y en particular, nos referimos, al secretario de Organización, Gerardo Pérez Marín, conocido mapache electoral y zavalista de corazón, pues ambos son de Chiapas.
Si acaso no lo sabía, Pérez Marín fue uno de los operadores políticos en Chiapas en 1994 para que ganara Ernesto Zedillo la elección presidencial.
Si recordamos, Chiapas en 1994 y pensamos que él fue operador del PRI, estaremos de acuerdo en que dicho personaje de la picaresca política no fue una perita en dulce, o un Barack Obama tratando de convencer a la gente con una retórica sorprendente.
No.
Para nada.
El tal Pérez Marín es un maestro en el arte del cochupo, la transa y la coerción.
¿No lo cree?
¿Le recuerdo algo?
¿Sí?
¿Sabía que fue delegado del Registro Agrario Nacional (RAN) una buena parte del sexenio de Melquiades Morales?
¿Y eso qué?, se preguntará usted.
Bueno, por dicha dependencia pasaron los mejores mapaches electorales como Omar Blancarte.
¿Le suena ese nombre?
Excelente.
Se ha ganado una quesadilla de la 5 Poniente.
En el RAN pasaron todos aquellos que manejaron y manipularon los padrones de los campesinos a su antojo: de los comisarios ejidales, de los pequeños propietarios y a ellos, a los hombres del campo, los manipulaban con mucha facilidad, pues de no aceptar las condiciones, de plano no se les daba el registro de sus tierras a su favor.
Es muy interesante pero esa área del campo está totalmente olvidada hasta por la prensa y es ahí donde se cometían atropellos contra los que menos tienen.
Bueno, en la prensa olvidamos todo, neta damos pena, pero era un ejemplo.
El RAN servía para manipular el voto verde.
Bien, pues ese es Gerardo Pérez Marín, quien usó dicha dependencia federal para presionar y coaccionar organizaciones campesinas a fin de que éstas trabajaran para el PRI.
Hay que reconocerle algo al chiapaneco: tiene buen gusto para escoger a sus secretarias. ¡Oh, sí!
No es por nada pero se ve que sí le sabe invertir en esa área.
Y eso es de aplaudirse.
Y de envidiarse porque se ve que sí salía caro.
Por cierto, Pérez Marín tiene una Harley Davidson y por supuesto se viste como Hell angel cuando trata de ser malo, muy malo. Y aunque esto es un asunto personal que nada tiene que ver con la política sirve sólo para la construcción del personaje.
Es decir, al secretario de Organización le gusta invertirle a su imagen.
¿Me explico?
Una vez que el Gobierno de Vicente Fox lo dio de baja de la dependencia, primero fue a pedir chamba en el Gobierno de Melquiades Morales (en su última parte). Y después se fue de asesor de Víctor Giorgana al Congreso del estado.
Ahí, por supuesto, no hizo nada pero sí cobró.
Ahora un paisano suyo lo regresa a la actividad política y no sólo eso, le dan una cartera con el representante del zavalismo en el PRI estatal.
Y ya desde ahora se comienza a concretar el “Chiapa-power” o algo así, pues aunque suena muy raro, pero es una mezcla rara entre panteras negras, seguidores del Proyecto Zeta, unos lancheros bien picudos y eso sí: harto priismo con sabor a memela.
De lo que sí hay que estar convencidos es que dicho operador (Pérez Marín) no es alguien pequeño, pues él sabe cómo operar procesos electorales y cómo ensuciarse las manos.
En serio, no le da vergüenza, al contrario, lo presume mientras se come su coctel de camarones afuera de algún baño ruso.
Una más:
Me manda un correo un compa de allá de Francisco Z (eta) Mena, sobre la reciente gira de campaña, perdón, de la Sedesol poblana: “El delfín o charal tricolor, le dio güeva recorrer en camioneta las más de 6 horas de camino para llegar a Z. Mena, así que su avanzada pintó un círculo con cal en un potrero y el buen delfín llego en helicóptero a la Sierra Norte”.
El llamado delfín del gobernador ya armó no sólo la dependencia que le sirve, desde hace algunos meses, para desviar recursos públicos, sino la estructura que trabajará para él en la campaña a la gubernatura.
Y es que el oriundo de Chiapas y ex integrante de la banda de “Los Colochos” de Derecho de la UAP, no sólo se la pasa comprometiendo el Piso Digno y demás programas sociales a los presidentes municipales a cambio del apoyo incondicional para la campaña, sino que hasta dedica sus tardes libres a bordar sus camisas con el nombre de Zavala —sí, con el mismo logotipo que sus bardas—.
El caso que nos ocupa es la nueva estructura priista que laborará a favor del Proyecto Zeta y en particular, nos referimos, al secretario de Organización, Gerardo Pérez Marín, conocido mapache electoral y zavalista de corazón, pues ambos son de Chiapas.
Si acaso no lo sabía, Pérez Marín fue uno de los operadores políticos en Chiapas en 1994 para que ganara Ernesto Zedillo la elección presidencial.
Si recordamos, Chiapas en 1994 y pensamos que él fue operador del PRI, estaremos de acuerdo en que dicho personaje de la picaresca política no fue una perita en dulce, o un Barack Obama tratando de convencer a la gente con una retórica sorprendente.
No.
Para nada.
El tal Pérez Marín es un maestro en el arte del cochupo, la transa y la coerción.
¿No lo cree?
¿Le recuerdo algo?
¿Sí?
¿Sabía que fue delegado del Registro Agrario Nacional (RAN) una buena parte del sexenio de Melquiades Morales?
¿Y eso qué?, se preguntará usted.
Bueno, por dicha dependencia pasaron los mejores mapaches electorales como Omar Blancarte.
¿Le suena ese nombre?
Excelente.
Se ha ganado una quesadilla de la 5 Poniente.
En el RAN pasaron todos aquellos que manejaron y manipularon los padrones de los campesinos a su antojo: de los comisarios ejidales, de los pequeños propietarios y a ellos, a los hombres del campo, los manipulaban con mucha facilidad, pues de no aceptar las condiciones, de plano no se les daba el registro de sus tierras a su favor.
Es muy interesante pero esa área del campo está totalmente olvidada hasta por la prensa y es ahí donde se cometían atropellos contra los que menos tienen.
Bueno, en la prensa olvidamos todo, neta damos pena, pero era un ejemplo.
El RAN servía para manipular el voto verde.
Bien, pues ese es Gerardo Pérez Marín, quien usó dicha dependencia federal para presionar y coaccionar organizaciones campesinas a fin de que éstas trabajaran para el PRI.
Hay que reconocerle algo al chiapaneco: tiene buen gusto para escoger a sus secretarias. ¡Oh, sí!
No es por nada pero se ve que sí le sabe invertir en esa área.
Y eso es de aplaudirse.
Y de envidiarse porque se ve que sí salía caro.
Por cierto, Pérez Marín tiene una Harley Davidson y por supuesto se viste como Hell angel cuando trata de ser malo, muy malo. Y aunque esto es un asunto personal que nada tiene que ver con la política sirve sólo para la construcción del personaje.
Es decir, al secretario de Organización le gusta invertirle a su imagen.
¿Me explico?
Una vez que el Gobierno de Vicente Fox lo dio de baja de la dependencia, primero fue a pedir chamba en el Gobierno de Melquiades Morales (en su última parte). Y después se fue de asesor de Víctor Giorgana al Congreso del estado.
Ahí, por supuesto, no hizo nada pero sí cobró.
Ahora un paisano suyo lo regresa a la actividad política y no sólo eso, le dan una cartera con el representante del zavalismo en el PRI estatal.
Y ya desde ahora se comienza a concretar el “Chiapa-power” o algo así, pues aunque suena muy raro, pero es una mezcla rara entre panteras negras, seguidores del Proyecto Zeta, unos lancheros bien picudos y eso sí: harto priismo con sabor a memela.
De lo que sí hay que estar convencidos es que dicho operador (Pérez Marín) no es alguien pequeño, pues él sabe cómo operar procesos electorales y cómo ensuciarse las manos.
En serio, no le da vergüenza, al contrario, lo presume mientras se come su coctel de camarones afuera de algún baño ruso.
Una más:
Me manda un correo un compa de allá de Francisco Z (eta) Mena, sobre la reciente gira de campaña, perdón, de la Sedesol poblana: “El delfín o charal tricolor, le dio güeva recorrer en camioneta las más de 6 horas de camino para llegar a Z. Mena, así que su avanzada pintó un círculo con cal en un potrero y el buen delfín llego en helicóptero a la Sierra Norte”.
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