viernes, 9 de mayo de 2008

El general, encomendado al Dios Baco

Por: Alejandro Mondragón

whiskyLas imágenes resultan más que elocuentes.
En sus oficinas el general disfruta la mona en los brazos del Dios Baco, mientras una botella de whisky semivacía enmarca la digna estampa de un gobierno de nueva generación.
Todos los días los índices delictivos en el estado se mueven en función de los parámetros etílicos de un funcionario que ya no responde a las exigencias del puesto.
Eso sí, puntual, desde las 8.00 horas, empieza la jornada con el primer salud para seguirse por la tarde en una cabalgata, montado en el potro del alcohol.
¿Y la Sedecap?.
¿Y el delegado contralor?.
Bien gracias.
En tanto, la percepción social es que en Puebla empieza a vivirse un clima de inseguridad.
Robos a casas habitación, asaltos a camionetas de seguridad privada, botines millonarios, asesinatos hasta de políticos, como ocurrió ayer con Nabor López Martínez, presidente auxiliar electo de San Agustín Atlihuacan, municipio de Xicotepec de Juárez.
Y qué me cuenta de la presencia del narcotráfico en la entidad.

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