miércoles, 21 de noviembre de 2007

Zavala y el posible daño a los diptuados priístas

Enrique Núñez / Intolerancia

 

            ¿Y el aseo político?

           

Cuando escuché por primera vez la versión de que Javier López Zavala podría llegar al Congreso debido a que tanto Óscar Hidalgo como su suplente solicitarían licencia para dar paso al primer plurinominal me pareció una broma de mal gusto.

Sin embargo, esa hipótesis parece seguir tomando fuerza; y hasta se dice que los 25 diputados electos ya fueron notificados.

Por supuesto saltan muchas interrogantes.

¿Cuál sería la versión oficial para justificar las licencias?

¿Enfermarían a los dos?

¿Cuál sería el costo de la imposición?

Me queda claro que si lo quieren hacer, lo van a hacer.

Pero, ¿a qué costo?

Sobra decir que el fantasma de la deslegitimación rondaría el Congreso, y que difícilmente se olvidaría esa imposición para el próximo proceso electoral.

De ahí que vengan otras preguntas:

¿Vale la pena arriesgar el capital político del PRI, a cambio de tener a Zavala en el Congreso?

¿Con 26 diputados priistas es tan necesaria la presencia de Zavala?

¿Cómo quedan los diputados del PRI en medio de este escenario?

¿Esto quiere decir que de los 26 no se hace uno?

¡Aguas! Los mensajes pueden ser muy peligrosos.

En este momento, me parece que el grupo zavalista debería estar —más que preocupado— de fiesta total.

La realidad es que la eficiencia como operador político de Zavala no debe sujetarse a la posición en el Congreso, ya que existen otras posiciones desde donde puede obtener muchos mejores dividendos.

Es evidente que hoy Zavala es visto por Mario Marín como un hombre de resultados.

Y eso debiera ser el punto medular para vislumbrar el futuro político del “proyecto Z”.

 

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