| Tiempos de Nigromante de Arturo Rueda  artrueda@laquintacolumna.com.mx | 
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|  Una   decisión que lastima al marinismo     La voluntad de Dios, dice Tomás de Aquino, es inescrutable;   la pobre razón humana no alcanza para entenderla. Son los   misterios de la divinidad. Su inteligencia es inconmensurable y su   voluntad irresistible.   Y si Dios es priísta, como lo afirmara la Comandanta Paloma en los días   previos al 11 de noviembre, queda claro que la intención de meter a Javier   López Zavala al Congreso del Estado –por la vía legal o ilegal- es una   muestra de esa voluntad   inconmensurable e irresistible. Será, después del   carro completo y la quema de boletas electorales, el eterno retorno al Antiguo Régimen   tricolor que se fue a nivel nacional pero está más   que vivo en el ámbito local.   La borrachera   de la victoria priísta se llama hoy Javier López Zavala.   ¿Qué se merece un premio   por su operación electoral el 11 de noviembre? Probablemente. ¿Qué se   trata de una medida   absurda por despótica? Por supuesto. ¿Qué es legal   la sustitución por enfermedad del Gran Perdedor del distrito de Tecamachalco y de su suplente? Todo indica que sí. El   Código Electoral local abre la puerta a la triquiñuela –como   la designara Valentín Meneses-.   El artículo   16 del Coipep, respecto   de la conformación del Congreso del Estado, establece los principios de elección   para los veintiséis diputados de mayoría relativa y los quince de   representación proporcional. Éstos últimos se integran por el denominado   popularmente Gran   Perdedor y la lista inscrita por cada partido   político. Respecto de la sustitución de diputados de representación   proporcional, el último párrafo del mismo artículo refiere literalmente:   “La falta absoluta de algún Diputado electo por el principio de   representación proporcional, deberá ser cubierta por aquel   candidato del mismo partido político que siga en el orden de la lista,   después de habérsele asignado los Diputados que le hubieran correspondido”.   Pues sí. Es perfectamente legal. El primer diputado de   representación Proporcional es el Gran Perdedor de Tecamachalco;   solicitando licencia junto con su suplente, hay falta absoluta, por lo   el escaño será asignado al siguiente lugar, que en este caso sería el número   de la lista priísta, Javier López Zavala.   Sí, es legal, pero un pésimo mensaje. Pésimo,   sobretodo, porque la obcecación en meter a López Zavala lastima   fundamentalmente a los priístas. En especial a los marinistas.   ¿Por qué? Porque significa que el valor político de Javier López Zavala para   Mario Marín ya es   tan alto que regresarlo al gabinete o nombrarlo   dirigente estatal del tricolor sería algo muy pequeño. Y eso es un   menosprecio   para quienes integran el gabinete o aspiran todavía a pelear la sucesión. El   primer lastimado   ya fue Valentín   Meneses, obligado a retractarse públicamente.   ¿Quiénes siguen?   Se trata, pues, de una imposición legal. La   voluntad irresistible de Dios. Pero como en la Tierra no hay Dioses, por más carros completos   que se logren, las imposiciones siempre salen muy costosas. Es la borrachera   del poder. El costo será altísimo.   | |
miércoles, 21 de noviembre de 2007
Las triquiñuelas de Zavala
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