viernes, 27 de julio de 2007

Zavala culpable de la divisón priísta


CAMBIO / Tiempos de Nigromante
de Arturo Rueda
artrueda@laquintacolumna.com.mx
FOTO: e-consulta
Los culpables de la rebelión priísta


A nadie debe sorprenderle que la sangre priísta llegara al río con el zafarrancho del miércoles en las oficinas del Comité Directivo Estatal. Desde hace meses anunciamos que el proceso tendía a sobrecalentarse en la medida que los aspirantes no sabían a quien diablos creerle: si al dirigente formal, al hermano del gobernador en funciones de Secretario de Organización o a Javier López Zavala. Cada uno por su lado echaba a andar a su aspirante favorito, y cada uno de los supuestos beneficiarios ya se sentía con la candidatura en la bolsa. Y aunque los inconformes la tomaron en contra de Valentín Meneses, en realidad el dirigente estatal es el menos responsable del desaguisado, ya que los últimos dos meses se ha dedicado a sufrir las interferencias de Roberto Marín Torres y Javier López Zavala, al grado de vulnerar su autoridad ante los grupos. Las consecuencias pudieron verse el miércoles, cuando los priístas inconformes tomaron con violencia el despacho de Valentín.



A principios de mayo escribí: “Mientras la lucha política se concentra en la capital, al interior del estado los grupos se disputan encarnizadamente las candidaturas a las alcaldías y diputaciones locales. Los apagafuegos del PRI y del PAN no acaban de darse abasto y todos los días Valentín Meneses mantienen reuniones agotadoras tratando de mantener la unidad de frente a la madre de todas las batallas.



“Valentín Meneses tiene las cosas más complicadas, porque los aspirantes priístas y los grupos chantajean permanentemente con la deserción en caso de no ser favorecidos. Saben que los tránsfugas son ampliamente valorados por Rafael Moreno Valle, quien aprovecha cada traspié de la dirigencia priísta para sumar al PAN nuevos cuadros que debiliten al tricolor y fortalezcan la presencia albiazul en municipios y distritos en los que tradicionalmente no tenían cuadros.



“Los mismo en Ciudad Serdán, en la Mixteca y la Sierra Norte, Moreno Valle recorre incansablemente el estado a la búsqueda de nuevos panistas, pisándole los talones a las reuniones que organiza la dirigencia estatal tricolor. En cada municipio o distrito en el que hay aspirantes descontentos se aparece un emisario del senador para ofrecer apoyos y candidaturas a cambio de abandonar al PRI.

“Ante la amenaza de las deserciones, Valentín vive un estado de alerta permanente. Pero Rafael Moreno Valle no es la única pesadilla del dirigente estatal. Por lo menos tiene dos más.



“Una es Roberto Marín. La otra es Javier López Zavala. Cada uno por su lado trata de imponer su línea, y cada uno lo hace con la indiscutible venia del gobernador. ¿Cuál es el resultado? Pues un embrollo total, porque cada operador trata de jalar agua para su molino. Y al final, todo acaba como un teléfono descompuesto.



“Los aspirantes no saben a quién hacerle caso: si al dirigente formal, al hermano del gobernador o al operador de lujo del gobernador. Un día llega Valentín Meses y dice una cosa; al otro Roberto Marín y dice otra. Y por si fuera poco, más tarde se aparece Zavala o uno de sus enviados con instrucciones totalmente diferentes”. Hasta ahí la larga pero necesaria cita.



Ni Roberto Marín ni Javier López Zavala se detuvieron en la demolición de la autoridad política de Valentín Meneses, y cada quien por su lado continuó alentando a sus favoritos para privilegiar sus intereses. En el caso del hermano del gobernador, claramente de tipo económico. Y en el del Secretario de Gobernación, por la conformación de una estructura de poder que lo lleve a la gubernatura una vez que tuvo que quedarse a rumiar sus penar en Casa Aguayo.



A mediados de junio expliqué el crecimiento de la tensión al interior del partido, justo en vísperas del frustrado viaje del gobernador a China: “El teléfono descompuesto ya opera en el tricolor, y eso que el gobernador no se ha ido. Aunque Valentín Meneses hace esfuerzos desesperados por mantener el control del proceso interno, Javier López Zavala y Roberto Marín se lo ponen cada día más difícil. Los dos buscan imponerle su propia agenda al tricolor, y los dos lo hacen amparados en ser la voz de Marín, de tal forma que Valentín ya no sabe cuando sí y cuando no hacerles caso. La confusión reina.



“Zavala mete la mano, como es lógica, por puro criterio estratégico. Es decir, de una vez pretende conformar la estructura de alcaldes que lo ayuden a hacerse de la candidatura al gobierno estatal en el cada vez menos lejano 2010. Por ello, y a pesar de sus actos de precampaña a la alcaldía aunque envía mensajes de que no le interesa, Zavala opera a través de los delegados de Gobernación e incluso se traslada dos veces a la semana al interior del estado.



“Roberto Marín, por su parte, interviene por motivos más controvertidos. Y es que al interior de estado crecen las denuncias de que el secretario de Organización tricolor “subasta” las candidaturas al mejor postor. En otras palabras, que las vende. El señalamiento más grave proviene de Tehuacán e involucra al ex edil Álvaro Alatriste, quien a pesar de estar inhabilitado, presentó su examen y todo parece indicar que será el abanderado priísta.



“Contra la intervención espuria de Zavala y Roberto Marín se alza Valentín Meneses, el único verdaderamente interesado en promover a los mejores candidatos, aunque no pertenezcan al zavalismo o no hayan pagado su módica cuota. Sin embargo, Zavala y Roberto Marín se aprovechan de su relación con el gobernador, y confunden su voz con la propia.

“Por supuesto que el único garante del que el PRI nominará a los mejores es Valentín Meneses. Pero urge que Marín envíe una señal indubitable de que la única puerta a llamar es la del dirigente estatal del tricolor”



Queda claro que la señal no llegó, y la única puerta que tuvieron los inconformes para patear fue la del dirigente estatal.





*** Cantinflitas se sale con la suya. La mafia del contralor estatal y de su Coordinador de Transas, Armando Garcés, se salió con la suya. Desde mañana, Víctor Manuel Sánchez Quintana repartirá el pastel de las auditorías a los favoritos del Colegio de Contadores.





*** También el magisterio se salió con la suya. El acuerdo que negociaron los compadres Zavala y Carmona oficialmente es de 400 millones de pesos. Pero empiezan a brotar sospechas sobre la verdadera magnitud de la negociación salarial. Con razón Gustavo Espinoza y Jorge Rodríguez tenían tamaña sonrisa. Mañana más detalles.

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