lunes, 23 de julio de 2007

El PRI tapete de Zavalita


Erika Rivero Almazán

losconjurados76@hotmail.com


¿A qué le apuesta el Pri?
Tensión, tensión, pura tensión.
Caras largas, codazos, risitas sarcásticas... y peor aún: aburrición total.

Es que hay de simulacros a simulacros, y el evento priísta de ayer fue una comedia ensayada de medio cachete: no movió el corazoncito de la militancia.


Crasso error, porque no puede haber cosa peor que un militante desencantado, sin su matraca y su confeti, sin su pancarta y sin porra inventada para la ocasión.


La Comisión Estatal de Procesos Internos del PRI recibió la solicitud de registro de 36 aspirantes a candidatos a diputados locales por los 26 distritos electorales, y se disiparon algunas dudas: el poder de operación política del secretario de gobernación, Javier López Zavala en el interior del estado fue absoluto, al grado de nulificar al grupo de Mario Montero y al propio presidente del CDE, , Valentín Meneses, de quien ya se vio es sólo un títere, mientras el alcalde Enrique Doger, a sabiendas de que puede perder en la capital, toda la estructura del ayuntamiento está volcada en su delfín, Jorge Ruiz, para que alcance la más nutrida votación y convertirse en el gran perdedor, con derecho automático al Congreso.


Pero vayamos por partes.



1.- Javier López Zavala y Alejandro Armenta impusieron su sello en el interior del estado: todos, todititos los candidatos palomeados fueron militantes identificados con el marinismo, pero sobre todo, leales a la causa zavalista: cualquier otra corriente quedó nulificada, y aquí el dato que llama la atención es que marinistas puros como Mario Montero y Valentín Meneses también cargaron con su espantosa x a cuestas, sin la menor oportunidad de operación pese a que son los supuestos dirigentes PRI, claro, como es sabido, ése asunto fue finiquitado por el hermano del gobernador y secretario de Organización del CDE del PRI, Roberto Marín.
Fue él y nadie más el encomendado de ir a las comunidades a operar y negociar las candidaturas al mejor postor (conste que no al mejor candidato). Roberto siempre mantuvo contacto director con López Zavala.



2.- Por tanto, la imposición fue bárbara y descarada. De ahí las caras largas en el momento en que los cuasicandidatos a diputados se fueron inscribir. Hay muchas heridas abiertas y ninguna intención de sanarlas.



3.- En la ciudad de Puebla, el fenómeno resulta contrastante: sin bien, Valentín Meneses tampoco pudo colocar a ninguno de sus delfines, el ganón fue el presidente municipal Enrique Doger al colocar a dos de sus más allegados y a dos simpatizantes entre los 6 distritos. No hay duda sobre la apuesta de Doger: puso todas sus canicas a favor del PRI. Pero ya, en la íntima intimidad, el alcalde comenta en corto sus dudas.
Por eso, como buen hombre previsor, si su partido pierde la capital (ya sabemos que la presidencia municipal acompaña en su suerte a los 6 distritos) la tirada maestra es que Jorge Ruiz alcance a ser el gran perdedor en el distrito 3, y así, llegar con pase automático al Congreso.



4.- En contra parte, el secretario de gobernación mandó a lo más deslavado de su ejército: a una completa desconocida en la farándula política pero fiel seguidora, quien antes ya había sido su suplente: María Angélica Hernández.


La falta de las más elementales tablas fue evidenciada cuando tomó el micrófono: temblando, con un hilo de voz, a duras penas pudo darle las gracias al gobernador por apoyarla... y punto. No llevó porra, no hubo pancartas. Un par de aplausos de unos acomedidos sirvió para que Angélica no se fuera en blanco. ¿Presentirá Zavala que la capital poblana está perdida?


Por su tenacidad en el interior del estado y su pasivo desdén en el capital, podría suponerse que si.
Por cierto, fue en este distrito 2 donde se vivió una verdadera guerra de egos: Valentín Meneses pujó por su candidato: Roberto Fuentes López, exdirector del Colegio de Bachilleres, una vez que sacó de la jugada a la carta de Doger, Lydia López. Pero llegó Zavala con su protegida y descompuso más el escenario de ése distrito, una vez que no pudo imponer a Angélica en el distrito 3, que considera suyo.



5.- Otra deslavada sin remedio: Malinalli García, posición defendida con uñas y dientes de Julieta Marín. Y se el hecho de ser una desconocida en la farándula política no fuera suficiente, imagínese que lo poco que ha trabajado esta mujer está en el distrito 4 y no en el 5, que fue a donde finalmente la mandaron. Claro, ahí ningún líder priísta la conoce. ¿Pero qué importancia tiene si la finalidad era cumplir los caprichos de la hermana del gobernador?



6.- Otra: Bárbara Ganime, simpatizante de Enrique Doger, finalmente el edil pudo pagar su deuda con ella cuando no le hizo efectiva su derecho a llegar a la sindicatura municipal. El pequeño error es que ella se puso a trabajar intensamente en el distrito 5, y no por el 6, que fue a donde fue a parar a última hora.



7.- Otro: Pablo Fernández del Campo es un hombre joven que sabe de operación política y se mueve entre las etiles del priísmo, tal y como se lo enseñó el difunto Rafael Cañedo Benites cuando Pablo era su secretario particular. Cobijado después por Doger siguió trabajando y nunca dejó el distrito 4. El ‘pero’ es que este distrito dejó de ser priísta desde hace mucho tiempo: ahora, Héctor Alonso, ahora líder de Convergencia, ya lo amenazó con borrarlo del mapa mientras el panista Toño Sánchez Díaz de Rivera tiene su bunker de operación en esta zona. ¿Así o más difícil?


Tal vez por eso se entienda su arranque en extremo egoísta: sólo solicitó licencia por 28 días para ausentarse de su regiduría. Con esto, impidió que su suplente, Socorro Figueroa ocupara su asiento en el Cabildo. El pretexto de Pablo fue que ‘necesitaba hasta el último centavo de su sueldo de regidor para su campaña’.


Qué mala onda.



8. Luis Alberto Arriaga medio de salva, sobre todo por sus años en el noticiario de Televisa Puebla. De ahí en fuera, la militancia lo ve como una imposición. Afortunadamente cuenta con el apoyo de Zavala y de Doger, lo que traducido en lana, pues tiene bastante para su campaña.



9.- Así llegamos a un recuento de las diputaciones locales en la capital: Arriga se salva por la tele, Jorge Ruiz por la estructura municipal, Pablo, por ciertas tablas en el PRI... pero de ahí en fuera, el perfil de los candidatos en la capital es gris.


¿En serio el PRI piensa ganar?


En lugar de ayudar a su candidata a la alcaldía, Blanca Alcalá, parece que hay un interés por hundirla.



10.- Si así están las candidaturas, imagínese cómo está quedando la lista de regidores: todo mundo quiere meter mano.


Ya hay quienes juran que tienen una posición, como Julieta Marín.


¿Podrá Alcalá tener la libertad para elegir a su propia planilla? Esa fue una de las facultades que pidió Doger y lo hizo bien cuando eligió a personajes conocidos, algunos verdaderos líderes sociales. Si a Blanca le coartan esa libertad, su candidatura podría estar en peligro: otra raya más al tigre.



Ojo, el resultado electoral que muy pronto podremos constatar tiene un responsable: el gobernador, y, por su puesto, su principal operador: Javier López Zavala.


Veremos cómo les salen las cuentas.

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