miércoles, 25 de julio de 2007
Zavala abandona al PRI por su proyecto político
Intolerancia / Enrique Núñez
Que conste que se los dije
A lo largo de las últimas semanas me cansé de relatar las anomalías en el proceso interno de selección de candidatos para presidentes municipales y diputados en el PRI.
Era obvio el enojo de los diferentes grupos. Un enojo que iba creciendo en cuanto veían aproximarse la imposición.
No trataba de ser ave de mal agüero para el PRI, sino de señalar lo que a todas luces estaba a punto de estallar en el seno de las fuerzas priistas del estado.
El zafarrancho que se vivió el día de ayer en las oficinas centrales del PRI es sólo la punta del iceberg.
La furia de los grupos políticos que han dominado en este partido a lo largo y ancho del estado durante las últimas décadas podría secundar las rebeliones que ayer se vivieron en el edificio de la Diagonal.
Lo interesante no son los fregadazos sino conocer de fondo lo que está sucediendo en el PRI.
No es complicado entender las verdaderas razones de estas guerras intestinas.
Por un lado, está la lucha del grupo que comanda Javier López Zavala, quien busca a toda costa hacerse del mayor número de presidencias municipales y diputaciones para robustecer su proyecto político.
En segundo lugar está la operación del presidente Valentín Meneses, quien busca dar resultados, sabedor de que una derrota en noviembre lo marcaría para el resto de su vida política.
Y en tercera instancia está Roberto Marín, quien ha trazado un frente paralelo que busca cumplir únicamente con sus propios intereses y compromisos.
En estos últimos renglones está la explicación del caos priista. Este partido tiene tres cabezas, cada una con objetivos distintos.
¿Cómo congeniar al candidato de López Zavala con el de Roberto Marín y con el mejor posicionado?
Por increíble que parezca, normalmente en cada municipio existen tres gallos.
El de Zavala, el de Roberto y el mejor posicionado.
¿Quién cree usted que gana?
En primer término descartan al mejor posicionado.
Después viene el jaloneo y la negociación.
Al final de la historia unos se llevan gatitos y otros se quedan con perritos.
Comentarios a Enrique Núñez: enunez@intoleranciadiario.com
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