jueves, 7 de junio de 2007

Complicidad Necoechea - Zavala


Tiempos de Nigromante de Arturo Rueda
artrueda@laquintacolumna.com.mx



Los miedos de López Zavala

Miedo es el sentimiento que ha paralizado las ambiciones de Javier López Zavala, en tres vertientes fundamentales, cada una con diferente intensidad: miedo a perder la elección a la alcaldía, pavor a enfrentar una operación estilo “Julián y Nácer” y terror a sufrir una traición desde el interior del gobierno marinista una vez que deje el puesto de secretario de Gobernación.

El primero de sus miedos puede entenderse, ya que se trata de un hecho objetivo: el PRI no las tiene consigo. A cinco meses de la elección siguen abajo del PAN por 14 puntos y la percepción de que hasta un burro pintado de azul puede convertirse en alcalde casi se ha convertido en un dogma entre los poblanos.


Es cierto, se trata del aspirante priísta mejor posicionado, lo cual debería darle esperanzas de encabezar una buena campaña y en conjunto con otras circunstancias –la resolución del escándalo Cacho y el pleito interno del panismo- darle ánimo para buscar un triunfo que lo elevaría a los cuernos de la luna.

Los otros miedos, francamente, son dignos de la paranoia. O más bien, de quien no tiene la conciencia tranquila. Y es que López Zavala, mejor que nadie, sabe hasta dónde su poder omnímodo le ha acarreado enemigos absolutos, que esperan que salga de Gobernación para cobrarle las cuentas pendientes al “operador por excelencia” del gobernador. En otras palabras, sabe que su clóset está lleno de cadáveres insepultos que, más tarde que temprano, le cobrarán viejas facturas.

Hoy parece un hecho olvidado, pero habría que recordar que no hace unos cuantos meses la mitad del gabinete, con su célebre comida en El Chimichurri, mandó un mensaje contra el despotismo que Zavala ha ejercido al interior del gabinete. El hecho no pasó a más porque el gobernador tranquilizó los ánimos, pero los agravios no han desaparecido y mucho menos las facturas pendientes.

Sobretodo, a Zavala le da pavor que su sustituto en Gobernación fuera nada más y nada menos que otro marinista: Mario Montero. El problema es que su situación se ha vuelto insostenible ahora que el principal partido de oposición lo ha desconocido en la interlocución política y hasta Moreno Valle –su supuesto amigo- se ha unido a las peticiones de renuncia.

Una pregunta final: ¿alguien con tantos miedos puede llegar a la gubernatura?



*** La esposa de Necoechea trabajaba en Gobernación. Un mail de otro personaje informadísimo: “Sobre el escándalo de los bonos, Zeus Muníve, con gran olfato periodístico, señaló una pista que nadie había tomado en cuenta: que la esposa del ex presidente del Consejo General del Instituto Electoral, Alejandro Necoechea, el mismo que organizó la elección de Mario Marín, resultó que trabajaba en la Secretaría de Gobernación como secretaria técnica de la Subsecretaría de Enlace Institucional.


Alejandro Necoechea debería aclarar el punto: ¿a poco con eso le pagaron su parcialidad en las elecciones?


¿A poco es legítimo que la esposa del consejero presidente trabaje en el gobierno?
Las siguientes verdades que usted ha descubierto o al menos parece que así es:


1.- La complicidad Zavala-Necoechea y el escándalo del “bono” puso en evidencia la discrecionalidad con que se maneja el Instituto Electoral del Estado.


2.- Esa complicidad se confirma con la contratación en la SEGOB de la esposa de Necoechea. ¿Qué favor le pagó? ¿Impunidad? ¿Discrecionalidad?


3.- Pero el mayor de los problemas es que el actual DIRECTOR GENERAL del Instituto Electoral del Estado, es precisamente el mismo que se despachó con la cuchara grande. No solo eso, sino que mangonea a su antojo al pobre e infeliz presidente actual. Igual que lo hizo con el anterior. En pocas palabras, el verdadero culpable sigue con su total impunidad. Sí me refiero al señor José Antonio Bretón Betanzos, quien fraguó la salida de Alejandro Carreto de la Dirección General, para renunciar a la Secretaría General, colocar a un auxiliar suyo como Secretario General y tomar la Dirección General. El control total de un instituto en manos de un ladino.


4.- El problema no sólo es del que se fue (Necoechea) sino de los partidos políticos que permiten o han recibido canonjías del Director General del Instituto. Dicho de otra forma, son tan culpables los que matan la vaca como los que le agarran la pata.


5.- El problema de la corrupción en el Instituto y SEGOB es tan evidente, como que nadie hace nada y todo tiene un precio. Al menos en Gobernación siguen los aviadores, en el IEE se tranzan el presupuesto, los familiares de consejeros tienen empleo en el Gobierno del Estado. En resumen, todo es una verdadera porquería.

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