La Quintacolumna
de Mario Alberto Mejía
quintacolumna2005@gmail.com
“Dale pa’ dentro, papá”
El 15 de octubre de 2007, José Luis Segreste Reyes, y el policía de Tránsito Fernando Carrillo Toledo iniciaron una práctica común en contra del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción, Transportación, Excavación, Bloqueros, Pavimentadotas, Materialistas, Conexos y Similares del Estado de Puebla (uf), agremiado a la CROC: extorsionarlos abiertamente en nombre de la Comuna.
de Mario Alberto Mejía
quintacolumna2005@gmail.com
“Dale pa’ dentro, papá”
El 15 de octubre de 2007, José Luis Segreste Reyes, y el policía de Tránsito Fernando Carrillo Toledo iniciaron una práctica común en contra del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción, Transportación, Excavación, Bloqueros, Pavimentadotas, Materialistas, Conexos y Similares del Estado de Puebla (uf), agremiado a la CROC: extorsionarlos abiertamente en nombre de la Comuna.
Como se comentó en esta columna el lunes pasado, los policías Segreste y Carrillo les cobraban cinco mil pesos mensuales para dejarlos trabajar libremente.
Hay que decir que actualmente el comandante Segreste es el subdirector operativo de Tránsito Municipal y tanto él como Carrilo ya fueron denunciados ante la Procuraduría General de Justicia de Puebla, por lo que pronto se iniciará una investigación previa.
Hoy por hoy sólo fue levantada una constancia de hechos con el número 5784/2008/Norte.
Fue Ernesto Bustamente García quien compareció ante Javier Eduardo Vera Sánchez, agente del Ministerio Público Norte, Mesa Cuatro, para narrar que el 9 de junio de 2008, a eso de las 11 de la mañana, su chofer Héctor García Cruz iba circulando en el camión de volteo
–de su propiedad – (marca DINA, 1982, sin placas de circulación) sobre la carretera libre a Tehuacán, a la altura del Seminario Palafoxiano, cuando fue detenido por un uniformado que viajaba en la motocicleta de tránsito número 036.
Sin mayores explicaciones, el policía le dijo al chofer que lo acompañara al corralón de Rancho Colorado.El chofer se comunicó con el señor Vera y le informó lo que había pasado.
Éste acudió al corralón y buscó al comandante José Luis Segreste Reyes, a quien los oficiales llama “jefe”.
Dice en su denuncia de hechos el señor Vera: “Al llegar al corralón (…) José Luis Segreste le manifestó al oficial que había detenido la unidad: ‘si este cabrón no le entra con siete mil pesos, le das pa’ dentro’. (…) Traté de hablar con él pero me dijo: ‘esta es la nueva tarifa, si no hazle como quieras’, y posterior a eso llamó al oficial que había detenido al camión y le dijo: ‘a partir de este momento no tengo relación alguna con el Sindicato 3 de Mayo’, asociación de transportistas a la cual pertenece el de la voz, encerrando mi camión, el motociclista de tránsito me levantó la infracción correspondiente. (…) Cabe hacer notar que al oficial José Luis Segreste Reyes así como al motociclista Fernando Carrillo Toledo los conozco bien desde el día 3 de octubre del año 2007. En esa fecha, aproximadamente a las 10 horas, el oficial Fernando Carrillo detuvo el camión de mi propiedad descrito con anterioridad en el crucero de las calles 141 poniente y 11 sur, le preguntó al chofer que con quién trabajaba, el chofer le respondió que con la Constructora Ara, y el oficial le respondió: ‘no, ¿con quién estás entrado en Tránsito del municipio?’. Y el chofer le dijo que le iba a hablar a su patrón, es decir a mí, a lo que acudí al lugar de los hechos, y el oficial Fernando Carrillo me dijo que me iba a llevar con su jefe para que le entrara con él y no me siguieran dando de coscorrones. Es decir, para efecto de que se le diera una cantidad de dinero a quien en ese momento mencionó como su ‘jefe’, para que Tránsito municipal no me molestara, a lo que ese mismo día a las ocho y media de la noche me entrevisté con el señor José Luis Segreste Reyes, en la oficina del señor Segreste, las cuales se ubican en Rancho Colorado, en las instalaciones de Tránsito municipal, y al entrevistarme con Segreste Reyes me preguntó que cuántos camiones tenía, le manifesté que sólo uno, a lo cual él me dijo que cómo era posible que yo sólo tuviera uno, le mencioné que éramos aproximadamente treinta camiones de diferentes dueños, y él me dijo, palabras más, palabras menos: ‘no hay problema, te vas a encargar de reunirme cinco mil pesitos al mes y yo voy a dejar de molestar sus camiones, tienes de aquí al quince para darme el primer pago, y cada día 15 de cada mes me vas a venir a ver o me estaré comunicando contigo para que me digas dónde nos vemos y me entregues el dinero que te solicito”.
En manos de esta mafia se encuentra Tránsito municipal.¿Acabarán con estos vicios las buenas intenciones de la presidenta municipal, Blanca Alcalá, y del director de Seguridad Pública, Alberto Hidalgo Vigueras?
Mañana, no se pierda, la segunda parte de esta historia.
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