Nunca recibieron apoyo para rehabilitar sus viviendas
Entregó el gobierno a deudos de Eloxochitlán casas en pésimo estado
Primera de tres partes
Las 32 familias hoy están en el abandono y en medio de la pobreza extrema. El Ayuntamiento de este municipio les prometió apoyo económico para componer sus casas, sin embargo, a dos meses de su petición el presupuesto no ha llegado
A un año de la tragedia en Eloxochitlán en la que fallecieron sepultadas 32 personas, los deudos de las víctimas se encuentran en el abandono y sobreviviendo los embates de la pobreza extrema en las viviendas indignas que les construyó el gobierno del estado, las cuales tienen filtraciones de agua, humedad, sin paredes ni techos revocados y peor aún, sus baños no cuentan con fosa séptica.
Manteniéndose con apenas 40 pesos al día o con lo poco que les queda de la pírrica indemnización por el fallecimiento de sus familiares, desmintieron al delfín Javier López Zavala, al rechazar que hayan recibido de manos de su antecesor en la Secretaría de Desarrollo Social, Alejandro Armenta Mier, 16 mil pesos para la rehabilitación de sus viviendas.
Un oficio enviado a César Castellano Galdames, director de Control e Inversión de la SDS, por parte de Juan Carlos Lebres Mendoza, inspector municipal de Xonotipan, evidencia que el monto económico referido fue regresado a la dependencia. Es decir, las familias jamás tuvieron acceso a dicho presupuesto.
Más aún, contrario a lo que expresó López Zavala, el apoyo enviado por la SDS era de 16 mil pesos por todas las familias, y no de 16 mil pesos para cada caso en particular, por lo que aseguran que con este dinero no les alcanzaba ni para pagar a los albañiles.
Pero no es todo, el ayuntamiento de Eloxochitlán les prometió apoyo económico para componer sus viviendas, sin embargo, a dos meses de su petición el presupuesto no ha llegado.
Por si fuera poco, los deudos jamás recibieron despensas, becas escolares, ni animales como prometió el gobernador Mario Marín, por lo que tienen que vivir de manera precaria ante la ausencia de quienes en el pasado suministraban el sustento en sus casas, y a veces con los apoyos de programas sociales como Oportunidades.
Viviendas indignas
Graciela Méndez Olivares es viuda a sus 24 años. Sola, tiene que proveer el sustento a sus dos hijas, una de cinco y la menor de un año seis meses con lo poco que le queda del seguro de vida por 60 mil pesos que le dieron tras la muerte de su esposo.
A pesar de no tener otro sustento económico, ni casa propia, prefiere vivir con sus suegros a habitar la casa que le construyó la SDS en su comunidad natal, Xonotipan. Y es que para llegar a esta vivienda tiene que caminar 30 minutos a través de un camino rural de difícil acceso.
Pero la razón principal es que como en la mayoría de los casos, su vivienda tiene filtraciones de agua por todos lados, las ventanas se mueven porque no fueron bien ajustadas, los filos de las puertas no fueron rellenados con cemento y lo peor, no cuenta con fosa séptica: “sólo vinieron y colocaron la tasa y un tubo”, recuerda con un dejo de molestia en su rostro, mientras sostiene en sus brazos a la menor de sus hijas:“Cuando vino el secretario a entregárnosla —Alejandro Armenta Mier, hoy líder estatal del PRI— le dijimos que hiciera caso (…) Toda el agua se filtra, en una ocasión vinieron sus albañiles pero no lo hicieron bien y luego se fueron, vinieron otros y tampoco lo hicieron bien!”
Además no cuenta con la llave de una de las dos puertas de su casa debido a que ni siquiera fue colocada en la entrada de su recámara. Desde enero pasado ha pedido apoyos al gobierno del estado pero la ayuda no ha llegado:
“Tenemos pensado ir a ver al presidente —Felipe Calderón—, la vez pasada que iba a venir le queríamos decir lo que nos pasa pero no llegó (…) Queremos ir a México para decirle que nos hagan caso, que en Puebla nos dijeron pero jamás nos dieron nada”.
Con una evidente desesperación en su rostro, pierde su mirada en el horizonte y recuerda que sólo le quedan 20 mil peso del Seguro de Vida de su esposo, los cuáles ocupará para el cabo de año, ya que el próximo 4 de julio le realizará una misa en Zacacuapan, comunidad en la que murió al viajar en el camión de la línea Tlacotepec de Porfirio Díaz-Tehuacán que fue sepultado por el deslave:
“Me mantengo con el dinero que nos dieron, lo vamos ocupando. 60 mil pesos un año se acaban, las cosas están re caras. Cada mes le hacemos misas a mi esposo. La levantada de la cruz, cada mes, todo cuesta (…) Me quedan 20 mil pesos y se va a ocupar para el cabo de año y la niña va a salir del preescolar, ve que nos piden ropa, zapatos. Aquí no hay trabajo, sólo cortar café y no lo hago porque mis hijas están chiquitas. Nos dijeron que nos iban a dar becas y despensas, las becas no nos las han dado. Hemos metido papeles y papeles. Nos dicen que nos van a dar y que nos van a dar pero nunca nos han llegado (…) Tengo problemas para mantener a mis hijas porque están chiquitas. La grande va a cumplir seis años y va a entrar a la primaria, la otra está chiquita. Todavía no va a la escuela”.
Anhela que la administración marinista cumpla su promesa de llevarle los borregos que les prometió para que con su crianza obtenga un mejor sustento, así como tener el acceso a las becas escolares para que su hija mayor continúe con sus estudios de primaria:
“Que nos den una despensa por mes, las becas que nos las reconozcan, si no cómo nos mantenemos. No he pensado en ir a buscar trabajo porque las niñas están chiquitas”.
Promesas incumplidas
Aurelia Barbosa Moreno tiene más de 60 años, sufre de la presión desde hace algún tiempo y recuerda que su hijo Alejo Martínez Barbosa murió a los 27 años, mientras viajaba a Tehuacán por medicinas para atender su padecimiento.
Su esposo Miguel Martínez, también de avanzada edad, tuvo que olvidar el retiro en el campo ante la ausencia de Alejo para poder mantener a su familia con apenas 40 pesos al día por la siembra de maíz y café.La precariedad los ha obligado a habitar la fría casa que les dio la SDS, llena de filtraciones, hendiduras sin resanar y ventanas desajustadas por donde se cuela el viento y la lluvia.
Ambos están esperanzados en que esta vez la Sedesol federal harán llegar cuanto antes el apoyo que les prometieron el pasado 4 de junio, cuando el presidente Felipe Calderón visitaría la zona.
Esperan también que con esta publicación se sensibilicen las autoridades, pues destacan que realizaron una petición infructuosa al ayuntamiento de Eloxochitlán para que la comuna los apoyara con la compostura de su casa.
El pasado 26 de abril le pidieron al edil Leoncio González Mendoza 20 mil pesos para terminar algunos detalles en su vivienda, debido a que con la temporada de lluvias el agua se cuela.
Aunque el alcalde envió la solicitud a la regidora de obras públicas, su sobrina Josefina González Robles, los afectados no han recibido el apoyo y tienen que seguir habitando su casa con el riesgo latente que representa la presencia de la temporada de lluvias.
Pero con el trabajo diario no les alcanza para estas modificaciones, ya que además tienen que lidiar con las enfermedades: “Mi hijo iba por medicinas porque estoy enferma de la presión (…) Como mi hijo murió mi esposo ha tenido que trabajar en el campo pero obtiene 40 pesos al mes. Yo lo ayudo vendiendo tamales que hago con lo que me dan del programa Oportunidades, de ahí obtengo 50 pesos de ganancia”.
Su vivienda se ubica en Xonotipan rumbo a Loma Bonita, a casi una hora de la cabecera municipal. En esta casa habitan cuatro personas: los padres de Alejo, su hermano menor y su prometida: “mi hijo estaba a punto de casarse cuando falleció”, señala Miguel Martínez.
Desmienten a Zavala
Los afectados desmintieron a Javier López Zavala, quien con tono irónico culpó el pasado 4 de julio a las familias de no ocupar el dinero que les dio la SDS para la rehabilitación de sus viviendas: “Se les dio un recurso extra para que corrigieran las fallas, seguramente no lo aplicaron”.
Y es que los deudos cuentan con un documento en el que se revela que Juan Carlos Lebres Mendoza, inspector de Xonotipan, le reintegra a la SDS el cheque número 16107, expedido por la dependencia, con el número de cuenta 00151570285, con un importe de 16 mil pesos para el apoyo de los damnificados: “(…) no se ha podido cambiar por moneda por la distancia que existe entre la localidad y el banco Bancomer”.
El oficio fue enviado también a Eleufermes Palacios Reyes, delegado de la SDS en Ajalpan, quien rechazó que los afectados —quienes nunca tuvieron acceso a ese dinero— hayan regresado la cantidad referida. Este funcionario señaló ese mismo día: “Al principio no estaba contemplado el asunto de la revocación de exteriores e interiores de las casas en Xonotipan. Es lo que estamos atendiendo. Los están tramitando para que se entreguen los recursos”:
—Pero hace un momento dijo que ya se habían entregado —se le cuestionó.
—Ya se entregó el dinero, pero se tiene que aplicar.
Las 32 familias hoy están en el abandono y en medio de la pobreza extrema. El Ayuntamiento de este municipio les prometió apoyo económico para componer sus casas, sin embargo, a dos meses de su petición el presupuesto no ha llegado
A un año de la tragedia en Eloxochitlán en la que fallecieron sepultadas 32 personas, los deudos de las víctimas se encuentran en el abandono y sobreviviendo los embates de la pobreza extrema en las viviendas indignas que les construyó el gobierno del estado, las cuales tienen filtraciones de agua, humedad, sin paredes ni techos revocados y peor aún, sus baños no cuentan con fosa séptica.
Manteniéndose con apenas 40 pesos al día o con lo poco que les queda de la pírrica indemnización por el fallecimiento de sus familiares, desmintieron al delfín Javier López Zavala, al rechazar que hayan recibido de manos de su antecesor en la Secretaría de Desarrollo Social, Alejandro Armenta Mier, 16 mil pesos para la rehabilitación de sus viviendas.
Un oficio enviado a César Castellano Galdames, director de Control e Inversión de la SDS, por parte de Juan Carlos Lebres Mendoza, inspector municipal de Xonotipan, evidencia que el monto económico referido fue regresado a la dependencia. Es decir, las familias jamás tuvieron acceso a dicho presupuesto.
Más aún, contrario a lo que expresó López Zavala, el apoyo enviado por la SDS era de 16 mil pesos por todas las familias, y no de 16 mil pesos para cada caso en particular, por lo que aseguran que con este dinero no les alcanzaba ni para pagar a los albañiles.
Pero no es todo, el ayuntamiento de Eloxochitlán les prometió apoyo económico para componer sus viviendas, sin embargo, a dos meses de su petición el presupuesto no ha llegado.
Por si fuera poco, los deudos jamás recibieron despensas, becas escolares, ni animales como prometió el gobernador Mario Marín, por lo que tienen que vivir de manera precaria ante la ausencia de quienes en el pasado suministraban el sustento en sus casas, y a veces con los apoyos de programas sociales como Oportunidades.
Viviendas indignas
Graciela Méndez Olivares es viuda a sus 24 años. Sola, tiene que proveer el sustento a sus dos hijas, una de cinco y la menor de un año seis meses con lo poco que le queda del seguro de vida por 60 mil pesos que le dieron tras la muerte de su esposo.
A pesar de no tener otro sustento económico, ni casa propia, prefiere vivir con sus suegros a habitar la casa que le construyó la SDS en su comunidad natal, Xonotipan. Y es que para llegar a esta vivienda tiene que caminar 30 minutos a través de un camino rural de difícil acceso.
Pero la razón principal es que como en la mayoría de los casos, su vivienda tiene filtraciones de agua por todos lados, las ventanas se mueven porque no fueron bien ajustadas, los filos de las puertas no fueron rellenados con cemento y lo peor, no cuenta con fosa séptica: “sólo vinieron y colocaron la tasa y un tubo”, recuerda con un dejo de molestia en su rostro, mientras sostiene en sus brazos a la menor de sus hijas:“Cuando vino el secretario a entregárnosla —Alejandro Armenta Mier, hoy líder estatal del PRI— le dijimos que hiciera caso (…) Toda el agua se filtra, en una ocasión vinieron sus albañiles pero no lo hicieron bien y luego se fueron, vinieron otros y tampoco lo hicieron bien!”
Además no cuenta con la llave de una de las dos puertas de su casa debido a que ni siquiera fue colocada en la entrada de su recámara. Desde enero pasado ha pedido apoyos al gobierno del estado pero la ayuda no ha llegado:
“Tenemos pensado ir a ver al presidente —Felipe Calderón—, la vez pasada que iba a venir le queríamos decir lo que nos pasa pero no llegó (…) Queremos ir a México para decirle que nos hagan caso, que en Puebla nos dijeron pero jamás nos dieron nada”.
Con una evidente desesperación en su rostro, pierde su mirada en el horizonte y recuerda que sólo le quedan 20 mil peso del Seguro de Vida de su esposo, los cuáles ocupará para el cabo de año, ya que el próximo 4 de julio le realizará una misa en Zacacuapan, comunidad en la que murió al viajar en el camión de la línea Tlacotepec de Porfirio Díaz-Tehuacán que fue sepultado por el deslave:
“Me mantengo con el dinero que nos dieron, lo vamos ocupando. 60 mil pesos un año se acaban, las cosas están re caras. Cada mes le hacemos misas a mi esposo. La levantada de la cruz, cada mes, todo cuesta (…) Me quedan 20 mil pesos y se va a ocupar para el cabo de año y la niña va a salir del preescolar, ve que nos piden ropa, zapatos. Aquí no hay trabajo, sólo cortar café y no lo hago porque mis hijas están chiquitas. Nos dijeron que nos iban a dar becas y despensas, las becas no nos las han dado. Hemos metido papeles y papeles. Nos dicen que nos van a dar y que nos van a dar pero nunca nos han llegado (…) Tengo problemas para mantener a mis hijas porque están chiquitas. La grande va a cumplir seis años y va a entrar a la primaria, la otra está chiquita. Todavía no va a la escuela”.
Anhela que la administración marinista cumpla su promesa de llevarle los borregos que les prometió para que con su crianza obtenga un mejor sustento, así como tener el acceso a las becas escolares para que su hija mayor continúe con sus estudios de primaria:
“Que nos den una despensa por mes, las becas que nos las reconozcan, si no cómo nos mantenemos. No he pensado en ir a buscar trabajo porque las niñas están chiquitas”.
Promesas incumplidas
Aurelia Barbosa Moreno tiene más de 60 años, sufre de la presión desde hace algún tiempo y recuerda que su hijo Alejo Martínez Barbosa murió a los 27 años, mientras viajaba a Tehuacán por medicinas para atender su padecimiento.
Su esposo Miguel Martínez, también de avanzada edad, tuvo que olvidar el retiro en el campo ante la ausencia de Alejo para poder mantener a su familia con apenas 40 pesos al día por la siembra de maíz y café.La precariedad los ha obligado a habitar la fría casa que les dio la SDS, llena de filtraciones, hendiduras sin resanar y ventanas desajustadas por donde se cuela el viento y la lluvia.
Ambos están esperanzados en que esta vez la Sedesol federal harán llegar cuanto antes el apoyo que les prometieron el pasado 4 de junio, cuando el presidente Felipe Calderón visitaría la zona.
Esperan también que con esta publicación se sensibilicen las autoridades, pues destacan que realizaron una petición infructuosa al ayuntamiento de Eloxochitlán para que la comuna los apoyara con la compostura de su casa.
El pasado 26 de abril le pidieron al edil Leoncio González Mendoza 20 mil pesos para terminar algunos detalles en su vivienda, debido a que con la temporada de lluvias el agua se cuela.
Aunque el alcalde envió la solicitud a la regidora de obras públicas, su sobrina Josefina González Robles, los afectados no han recibido el apoyo y tienen que seguir habitando su casa con el riesgo latente que representa la presencia de la temporada de lluvias.
Pero con el trabajo diario no les alcanza para estas modificaciones, ya que además tienen que lidiar con las enfermedades: “Mi hijo iba por medicinas porque estoy enferma de la presión (…) Como mi hijo murió mi esposo ha tenido que trabajar en el campo pero obtiene 40 pesos al mes. Yo lo ayudo vendiendo tamales que hago con lo que me dan del programa Oportunidades, de ahí obtengo 50 pesos de ganancia”.
Su vivienda se ubica en Xonotipan rumbo a Loma Bonita, a casi una hora de la cabecera municipal. En esta casa habitan cuatro personas: los padres de Alejo, su hermano menor y su prometida: “mi hijo estaba a punto de casarse cuando falleció”, señala Miguel Martínez.
Desmienten a Zavala
Los afectados desmintieron a Javier López Zavala, quien con tono irónico culpó el pasado 4 de julio a las familias de no ocupar el dinero que les dio la SDS para la rehabilitación de sus viviendas: “Se les dio un recurso extra para que corrigieran las fallas, seguramente no lo aplicaron”.
Y es que los deudos cuentan con un documento en el que se revela que Juan Carlos Lebres Mendoza, inspector de Xonotipan, le reintegra a la SDS el cheque número 16107, expedido por la dependencia, con el número de cuenta 00151570285, con un importe de 16 mil pesos para el apoyo de los damnificados: “(…) no se ha podido cambiar por moneda por la distancia que existe entre la localidad y el banco Bancomer”.
El oficio fue enviado también a Eleufermes Palacios Reyes, delegado de la SDS en Ajalpan, quien rechazó que los afectados —quienes nunca tuvieron acceso a ese dinero— hayan regresado la cantidad referida. Este funcionario señaló ese mismo día: “Al principio no estaba contemplado el asunto de la revocación de exteriores e interiores de las casas en Xonotipan. Es lo que estamos atendiendo. Los están tramitando para que se entreguen los recursos”:
—Pero hace un momento dijo que ya se habían entregado —se le cuestionó.
—Ya se entregó el dinero, pero se tiene que aplicar.
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