lunes, 14 de julio de 2008

La guerra de las estructuras

Enrique Núñez - Contracara

    

Aunque la lista de aspirantes por la gubernatura está compuesta por una decena de suspirantes, la realidad es que en este momento quienes han arrancado motores de cara a la sucesión gubernamental sólo son Javier López Zavala y Rafael Moreno Valle.

Quienes vivimos en la ciudad tenemos una concepción política muy distinta a la que se vive en el interior del estado.

Si partimos de la base de que más de un 60 por ciento de los sufragios que decidirán la elección de 2010 se harán en los distritos del interior, entenderemos la razón de esa excesiva movilización de estructuras por parte de estos dos personajes.

Sin duda, a dos años del arranque de la campaña de 2010, tanto Zavala como Moreno Valle tienen muy clara la importancia de contar con una red a lo largo y ancho del estado.

Por un lado el delfín del gobernador fue su coordinador general de campaña y sabe lo que pesará su estructura en el momento de las definiciones de su partido; y por su parte, el delfín de la maestra conoce como ningún panista la relevancia de los operadores políticos sembrados en cada municipio del interior.

Cada uno por su lado ha apostado —a diferencia del resto de los suspirantes— por el interior.

De ahí que a este dueto de delfines les venga sobrando el resultado de las encuestas citadinas.

Ambos tienen claro que, de alcanzar su objetivo, el voto de la capital caerá en automático, siempre y cuando amarren a un buen candidato a la alcaldía el cual les cierre la fórmula.

Sin embargo, los delfines tienen un enemigo en común: su facilidad por caer en los excesos.

Veamos.

Tanto el priista como el panista suelen excederse en sus operaciones políticas.

Uno de los elementos que marginó al ahijado de la maestra de ser el elegido por Melquiades Morales, fue su gasto excesivo durante su precampaña.

Sin lugar a dudas, el ansia de poder del senador panista lo podría llevar a cometer graves errores, los cuales lo privarían de la candidatura albiazul.

No hay que olvidar que los panistas son cuadrados y estrictos a más no poder.

Tanto Ana Teresa Aranda como “el loquito” Paredes ya fueron víctimas de su propio partido.

En tanto, Zavala también ha caído en diversos excesos en aras de alcanzar la candidatura.

A su paso por la Secretaría de Gobernación cayó en las tentaciones del poder hasta irritar a la “burbuja marinista” la cual le pasó su primera factura.

Al parecer la amarga experiencia le sirvió para recomponer su relación con parte importante de los miembros del gabinete, quienes le habían retirado su apoyo.

Sin embargo, la Sedeso es una suculenta y seductora dependencia, la cual podría provocar un nuevo tropiezo de Z.

Para nadie es un secreto que Desarrollo Social es —cuando se utiliza con sapiencia— la mejor catapulta para cualquier proyecto político.

Ahora bien, estos dos personajes son quienes llevan mano por la gubernatura en este momento político.

Eso dice la radiografía.

Pero los dos están sentados en un auténtico polvorín.

Por eso, insisto, sus excesos los pueden matar.

 

 

Los 50 de Pérez Salazar

El secretario de Finanzas Gerardo Pérez Salazar celebró en su casa de Atlixco su “primer” medio siglo de vida, acompañado de políticos, empresarios, familiares y amigos. Cerca de 300 invitados escucharon a Gerardo dirigir unas palabras sumamente emocionado.

También habló el gobernador Marín, quien insistió en ponderar las cualidades de Pérez Salazar a quien calificó como emprendedor y visionario, pero sobre todo como gran amigo.

Quienes gustan de buscar mensajes políticos, seguramente los habrán encontrado.

Ahí se les vio a Blanca Alcalá, Valentín Meneses, Darío Carmona, Javier López Zavala, Memo Deloya, Toño López Malo, a los cuatro subsecretarios de Finanzas y a los empresarios Ricardo Henaine y José Abed.

Y tras los discursos arrancó el karaoke en donde cantaron casi todos: Gabriel Huerta, el Vale, Jorge Mendoza, Paco Adame y por supuesto el festejado.

Salud por los 50.

 

 

Foto Rodolfo Pérez

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