Política y Poder
Manuel Cuadras
Finalmente se realizó la comida. El evento fue como se había pronosticado. Miles de seccionales priistas, burócratas lambiscones, empresarios con sed de más convenios, funcionarios con osteoporosis (que se les está acabando el hueso), diputados, aspirantes, gorrones, orejas, chismosos, etcétera. ¿Y?
Los saldos de dicha comida también fueron como se habían pronosticado: La mayoría de analistas afirman que Zavala es el verdadero gallo de Marín, “sólo un ciego no se daría cuenta” —afirman—. Los titulares de la mayoría de los medios no hablan de otra cosa, y en efecto, como también se había pronosticado, la tremenda comilona terminó por opacar al acto “republicano y solemne” del gobernador Marín.
¿Qué fue lo relevante del acto? ¿Que fueran 5 mil personas acarreadas? ¿Que fueran empresarios que se han hecho millonarios gracias a Marín y a Zavala? ¿Que fuera el rector de la BUAP quien vive un eterno romance con el marinismo? ¿Que fuera la presidenta municipal, quien a todos lados invita a Zavala? ¿Que fueran medios de comunicación que viven de los convenios con el Gobierno del estado? ¿Que haya ido Marín al cumpleaños de su ahijado político que más quiere? ¿Eso fue lo sorprendente del convivio? Por supuesto que no, todo lo anterior era previsible, como mencioné en mi entrega anterior, sorpresa hubiese sido si no lo hubieran hecho, sorpresa hubiera sido si López Zavala se hubiese mostrado mesurado y austero; sorpresa hubiera sido si (con todo el aparato que tienen a su disposición) hubieran ido 100 personas; eso sí hubiera sido una sorpresa. Incluso el hecho de que haya asistido el gobernador no debe sorprender a nadie, si se trataba nada menos que del cumpleaños de su hijo político; aquel que descubrió en la orfandad, lo enseñó a caminar, a conducirse y a desarrollarse. El afecto de Marín hacia Zavala nunca ha estado en tela de duda. La política la hacen los humanos, y los humanos tienen sentimientos y emociones, y el hecho de convivir 20 años con una persona que expresa y profesa gratitud y respeto, desde luego que genera empatía y cariño, de tal manera, que más allá de las lecturas, mensajes y señales que todos se afanan en buscar (y unos se ufanan de haberlas encontrado) Marín fue al festejo de Zavala como una muestra de afecto, de ahí a que sea su carta fuerte para la gubernatura, hay un abismo de distancia. Las razones son muchas y muy variadas y las hemos explicado hasta el cansancio. He aquí, una nueva.
Derivado de la dichosa comida de su pupilo, Marín confirmó lo que desde hace tiempo sabía pero que se negaba a creerlo: Zavala no representa la unidad de su burbuja. Quizá usted pueda pensar que es estúpido lo que escribo, sobre todo si se argumenta que fue casi todo el gabinete de Marín, ¿no es entonces contradictorio (o estúpido) afirmar que Zavala no garantiza la unidad? Para nada, mire.
Ciertamente fue la mayoría de los integrantes del gabinete marinista y la mayoría de los presidente municipales priistas, sin embargo, a los ediles se les dio la indicación de presentarse con al menos 30 personas de sus respectivos municipios, so pena de dejar de recibir apoyos por parte de la SDS, mientras que los compañeros de gabinete de Zavala, fueron —en su mayoría— para evitar ser señalados por la prensa como causantes de división del gobierno marinista.
¿Sabe quiénes fueron los únicos dos secretarios que no fueron al festejo (sin contar a Deloya que por enfermedad no asistió)? Nada menos que el secretario de Gobernación, Mario Montero y el secretario de Comunicaciones, Valentín Meneses, ¿y qué cree? Ambos son amigos del gobernador desde la universidad, de hecho si a alguien aprecia y estima el gobernador como amigos es a ellos dos. A Zavala le guarda un cariño de maestro-alumno, pero la relación con Meneses y con Montero es de viejos amigos que tuvieron y lucharon por un sueño CONJUNTO.
Mucho se habló en su momento de la llamada “burbuja marinista”. Sus integrantes (en su primer círculo) son: Zavala, Montero, Valentín y Javier García Ramírez. Ese es el grupo cerrado del gobernador, a quienes confía la mayor parte de las cosas y sobre los cuales recaen la mayor de las responsabilidades. Bueno, pues resulta que tres de sus integrantes no toleran al niño consentido del grupo. Tanto Montero como Valentín se negaron a ser parte de un show en el cual ellos quedaban relegados, y García Ramírez acudió por “guardar las formas”, pero su sentimiento es el mismo que el de los otros dos “burbujos”.
Un cuarto personaje que nunca ha visto con buenos ojos el proyecto político, ni la forma de conducirse de Javier López Zavala, es Carlos Meza. Si bien no pertenece al grupo cercano del gobernador, es una persona que dada su personalidad y su temperamento, es una piedrita muy incómoda en el zapato de Zavala, y que hará hasta lo imposible por impedir el sueño zavalista.
Así las cosas, ¿existe alguna posibilidad de que prospere el Proyecto Z, cuando en el mismo núcleo de la familia hay fracturas? ¿No es tanto como querer construir un edificio muy alto, con cimientos débiles? Si alguien sabe de la importancia de la unidad en torno a un proyecto, es Mario Marín; tan lo sabe, que por eso (entre otras razones) les ganó la candidatura a los melquiadistas. En el caso de Zavala es muy distinto, además de los enemigos naturales que tenga que enfrentar al exterior del marinismo, tendrá que batallar con los recelos, bloqueos y trampas que le pongan sus compañeros de gabinete. ¿Le alcanzará su fuerza, capacidad, carisma, inteligencia, convocatoria, madurez y liderazgo para remar contra corriente?
*Un secretario “sencillito”
Y ya que hablamos del recién festejado, justo es hablar también de sus virtudes. Javier López Zavala es un político sencillo, modesto, preocupado por la gente, accesible, sensible a los reclamos, que gusta del buen trato y la cordialidad, y por supuesto, humilde. O al menos es lo que pregona en cada entrevista que le realizan, sin embargo, recientemente el secretario que vive en la estricta medianía, sin lujos ni excentricidades, compró una casa con un valor de 3 millones de pesos, pagándola al contado y en maletines repletos de billetes (sí, así como en las películas de narcos). Lo curioso es que después de invertir otros 2 millones de pesos en la “remodelación” de la casa, el secretario preocupado por el bienestar de los poblanos, demandó a la señora que le vendió la casa por venderle una casa con “vicios ocultos”. Lo bonito viene después. Resulta que Zavala, que se dice “ser amigo de todos los poblanos y poblanas”, amenazó y amedrentó a la señora tal y como lo narra la afectada (que curiosamente es demandada) en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=v-ddGStRLEM. O si prefiere, búsquelo directo en Youtube, tecleando: “Zavala demanda a viuda por 2 millones”. Qué bonito ¿no? La historia se la cuento completa la próxima entrega. ¡¡Felicidades secretario!!
Manuel Cuadras
Finalmente se realizó la comida. El evento fue como se había pronosticado. Miles de seccionales priistas, burócratas lambiscones, empresarios con sed de más convenios, funcionarios con osteoporosis (que se les está acabando el hueso), diputados, aspirantes, gorrones, orejas, chismosos, etcétera. ¿Y?
Los saldos de dicha comida también fueron como se habían pronosticado: La mayoría de analistas afirman que Zavala es el verdadero gallo de Marín, “sólo un ciego no se daría cuenta” —afirman—. Los titulares de la mayoría de los medios no hablan de otra cosa, y en efecto, como también se había pronosticado, la tremenda comilona terminó por opacar al acto “republicano y solemne” del gobernador Marín.
¿Qué fue lo relevante del acto? ¿Que fueran 5 mil personas acarreadas? ¿Que fueran empresarios que se han hecho millonarios gracias a Marín y a Zavala? ¿Que fuera el rector de la BUAP quien vive un eterno romance con el marinismo? ¿Que fuera la presidenta municipal, quien a todos lados invita a Zavala? ¿Que fueran medios de comunicación que viven de los convenios con el Gobierno del estado? ¿Que haya ido Marín al cumpleaños de su ahijado político que más quiere? ¿Eso fue lo sorprendente del convivio? Por supuesto que no, todo lo anterior era previsible, como mencioné en mi entrega anterior, sorpresa hubiese sido si no lo hubieran hecho, sorpresa hubiera sido si López Zavala se hubiese mostrado mesurado y austero; sorpresa hubiera sido si (con todo el aparato que tienen a su disposición) hubieran ido 100 personas; eso sí hubiera sido una sorpresa. Incluso el hecho de que haya asistido el gobernador no debe sorprender a nadie, si se trataba nada menos que del cumpleaños de su hijo político; aquel que descubrió en la orfandad, lo enseñó a caminar, a conducirse y a desarrollarse. El afecto de Marín hacia Zavala nunca ha estado en tela de duda. La política la hacen los humanos, y los humanos tienen sentimientos y emociones, y el hecho de convivir 20 años con una persona que expresa y profesa gratitud y respeto, desde luego que genera empatía y cariño, de tal manera, que más allá de las lecturas, mensajes y señales que todos se afanan en buscar (y unos se ufanan de haberlas encontrado) Marín fue al festejo de Zavala como una muestra de afecto, de ahí a que sea su carta fuerte para la gubernatura, hay un abismo de distancia. Las razones son muchas y muy variadas y las hemos explicado hasta el cansancio. He aquí, una nueva.
Derivado de la dichosa comida de su pupilo, Marín confirmó lo que desde hace tiempo sabía pero que se negaba a creerlo: Zavala no representa la unidad de su burbuja. Quizá usted pueda pensar que es estúpido lo que escribo, sobre todo si se argumenta que fue casi todo el gabinete de Marín, ¿no es entonces contradictorio (o estúpido) afirmar que Zavala no garantiza la unidad? Para nada, mire.
Ciertamente fue la mayoría de los integrantes del gabinete marinista y la mayoría de los presidente municipales priistas, sin embargo, a los ediles se les dio la indicación de presentarse con al menos 30 personas de sus respectivos municipios, so pena de dejar de recibir apoyos por parte de la SDS, mientras que los compañeros de gabinete de Zavala, fueron —en su mayoría— para evitar ser señalados por la prensa como causantes de división del gobierno marinista.
¿Sabe quiénes fueron los únicos dos secretarios que no fueron al festejo (sin contar a Deloya que por enfermedad no asistió)? Nada menos que el secretario de Gobernación, Mario Montero y el secretario de Comunicaciones, Valentín Meneses, ¿y qué cree? Ambos son amigos del gobernador desde la universidad, de hecho si a alguien aprecia y estima el gobernador como amigos es a ellos dos. A Zavala le guarda un cariño de maestro-alumno, pero la relación con Meneses y con Montero es de viejos amigos que tuvieron y lucharon por un sueño CONJUNTO.
Mucho se habló en su momento de la llamada “burbuja marinista”. Sus integrantes (en su primer círculo) son: Zavala, Montero, Valentín y Javier García Ramírez. Ese es el grupo cerrado del gobernador, a quienes confía la mayor parte de las cosas y sobre los cuales recaen la mayor de las responsabilidades. Bueno, pues resulta que tres de sus integrantes no toleran al niño consentido del grupo. Tanto Montero como Valentín se negaron a ser parte de un show en el cual ellos quedaban relegados, y García Ramírez acudió por “guardar las formas”, pero su sentimiento es el mismo que el de los otros dos “burbujos”.
Un cuarto personaje que nunca ha visto con buenos ojos el proyecto político, ni la forma de conducirse de Javier López Zavala, es Carlos Meza. Si bien no pertenece al grupo cercano del gobernador, es una persona que dada su personalidad y su temperamento, es una piedrita muy incómoda en el zapato de Zavala, y que hará hasta lo imposible por impedir el sueño zavalista.
Así las cosas, ¿existe alguna posibilidad de que prospere el Proyecto Z, cuando en el mismo núcleo de la familia hay fracturas? ¿No es tanto como querer construir un edificio muy alto, con cimientos débiles? Si alguien sabe de la importancia de la unidad en torno a un proyecto, es Mario Marín; tan lo sabe, que por eso (entre otras razones) les ganó la candidatura a los melquiadistas. En el caso de Zavala es muy distinto, además de los enemigos naturales que tenga que enfrentar al exterior del marinismo, tendrá que batallar con los recelos, bloqueos y trampas que le pongan sus compañeros de gabinete. ¿Le alcanzará su fuerza, capacidad, carisma, inteligencia, convocatoria, madurez y liderazgo para remar contra corriente?
*Un secretario “sencillito”
Y ya que hablamos del recién festejado, justo es hablar también de sus virtudes. Javier López Zavala es un político sencillo, modesto, preocupado por la gente, accesible, sensible a los reclamos, que gusta del buen trato y la cordialidad, y por supuesto, humilde. O al menos es lo que pregona en cada entrevista que le realizan, sin embargo, recientemente el secretario que vive en la estricta medianía, sin lujos ni excentricidades, compró una casa con un valor de 3 millones de pesos, pagándola al contado y en maletines repletos de billetes (sí, así como en las películas de narcos). Lo curioso es que después de invertir otros 2 millones de pesos en la “remodelación” de la casa, el secretario preocupado por el bienestar de los poblanos, demandó a la señora que le vendió la casa por venderle una casa con “vicios ocultos”. Lo bonito viene después. Resulta que Zavala, que se dice “ser amigo de todos los poblanos y poblanas”, amenazó y amedrentó a la señora tal y como lo narra la afectada (que curiosamente es demandada) en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=v-ddGStRLEM. O si prefiere, búsquelo directo en Youtube, tecleando: “Zavala demanda a viuda por 2 millones”. Qué bonito ¿no? La historia se la cuento completa la próxima entrega. ¡¡Felicidades secretario!!