martes, 18 de noviembre de 2008

Zavala y Agüera, ¿la dupla marinista?

Debate
Roberto Desachy

Todo indica que la dupla que Mario Marín Torres tratará de imponer en el PRI como candidatos a la gubernatura y alcaldía en el 2010 estará conformada por Javier López Zavala y Enrique Agüera Ibáñez, respectivamente, como lo indican las señales políticas que el propio gobernador envió en los días recientes al fomentar el activismo mediático-político de ambos, desdeñar el cumpleaños de Mario Montero Serrano, mantener relegado de la agenda temática a Valentín Meneses y concretar campañas de desprestigio permanentes contra los Morales Flores y Enrique Doger Guerrero .
Blanca Alcalá sigue como plan B, si se confirma que el delfín no crece en las encuestas preelectorales, como ocurre hasta ahora. En caso de que el gobernador no pueda imponer a López Zavala como su candidato principal, lo podría colocar en el Congreso local, mientras en la ciudad de Puebla Alejandro Armenta Mier formaría la dupla con la alcaldesa.
Todavía no se define qué papel jugará en la definición de las candidaturas principales en el 2010, pero lo que queda claro es que Marín Torres no está dispuesto a aceptar un libre juego democrático al interior del PRI para la sucesión, sino que pretende manejar este proceso de acuerdo a sus filias y fobias personales, sin importar si sus candidatos son competitivos y dejando a segundo término el hecho de que su partido se mantenga en el gobierno.
Para decirlo más claro: el mandatario está dispuesto a ceder el poder al PAN, con tal de relegar a los liderazgos priístas que se han opuesto a su ejercicio autoritario y unilateral del poder y siempre y cuando a su familia y grupo se les garantice impunidad. Pero si sus intenciones se concretan, López Zavala iría por el gobierno y Agüera Ibáñez por el ayuntamiento.
La intención del gobernador no es dotar al PRI de un cuadro político nuevo y, mucho menos, la de ceder a otro grupo lo que considera su coto personal, Puebla, sino que el rector de la BUAP obtenga votos para su delfín y para sí mismo en la ciudad, dado que el titular de la Sedesol carece del carisma, del apoyo ciudadano y de la intención de voto necesarios para ser competitivo en la Angelópolis, como se demostró en el 2007, cuando López Zavala quiso ser alcalde y no pudo, siquiera, contender ante el gran rechazo social que genera y que abrió la puerta para que Blanca Alcala tuviera la nominación
Pero no se aprendió la lección del 2007 y Marín Torres insiste en imponer a su favorito como sucesor. Por ello, rompió los acuerdos con los Morales Flores, mantiene aislado y arrinconado al grupo de Estefan Chidiac en el ayuntamiento de Puebla, no deja que aterrice la administración de Blanca Alcalá y, a través de los órganos que controla, como el Congreso local y la prensa oficialista, emprende campañas de desprestigio hacia Doger Guerrero.
Y volviendo a la dupla que trata de imponer el mandatario, recordemos que no es la primera vez que Marín Torres quiere que un rector de la BUAP contienda por el PRI en búsqueda de la alcaldía, ya que en el 2003, el hoy gobernador, cuando era el precandidato rebelde, el apartado del poder público y el que se enfrentaba al delfín melquiadista que representaban Rafael Moreno Valle o Germán Sierra, afirmó que él y Enrique Doger Guerrero eran la “fórmula ganadora” para el partido y enfatizaba que se necesitaban aspirantes ganadores, que no necesariamente debían ser los consentidos del mandatario
En aras de fortalecerlo, el mandatario le cedió a López Zavala el control y recursos de la política social (Sedesol), educación (SEP), Desarrollo Rural, del Instituto Poblano de la Juventud, la mayoría priísta en el Congreso local y del PRI estatal y municipal. Pero ni así ha podido crecer en las intenciones de voto de los ciudadanos y, por ello, necesita como complemento de fórmula a alguien relativamente nuevo, sin un desgaste mayor en su imagen pública, acceso a fondos importantes y, sobre todo, que ni de cerca enfrenta el mismo desprestigio y rechazo social que el delfín.
Si se concreta el proyecto personal de Marín Torres, sería la primera ocasión en que el PRI de Puebla postularía como contendientes por el estado y la capital a dos aspirantes no nacidos en Puebla, porque el delfín es chiapaneco y Agüera Ibáñez es veracruzano.

Habrá que esperar, para ver qué opinan Valentín Meneses, Mario Montero, los demás marinistas y, en especial, los otros grupos priístas nacionales y locales del proyecto sucesorio del mandatario

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