martes, 18 de noviembre de 2008

ZAVALA, MONTERO Y EL ESPEJO



Política y Poder
Manuel Cuadras

En medio de los desatinos, opacidad, CORRUPCIÓN, enfrentamientos, NEPOTISMO, que vive el gobierno del estado en su parte final del sexenio, un personaje parece no cesar en su proyecto personal (necedad), no importándole que el barco de su jefe está hundiéndose poco a poco.

Se trata de un individuo que en medio de la tempestad parece más ocupado en protegerse y proyectarse él mismo, que en proteger y proyectar a su jefe. ¿Se puede usted imaginar a un almirante del Titanic que en plena crisis del hundimiento, arroje un bote para salvarse él y no el resto de la tripulación? Así es nuestro personaje en cuestión.

¿Su nombre? Javier López Zavala. ¿Lo conoce? Seguramente sí. Quizá lo haya visto recientemente entregando alguna despensa, regalando unos Rotoplas, saludando algunos viejitos, o firmando algún convenio de colaboración. Todo en aras de un proyecto que lo lleve a convertirse en el próximo habitante de Casa Puebla: el famoso PROYECTO Z.

Hablar de la existencia y vigencia de dicho proyecto es por demás ocioso, todos sabemos que existe y que está activo, que Zavala sueña con ser gobernador, que se promueve como tal, que tiene casa de campaña (Secretaría de Desarrollo Social), que tiene operadores en cada distrito (Delegados de Desarrollo Social), comités de apoyo (CODESOS), recursos para operar (erario), amigos periodistas (columnistas “intolerantes”), en fin, que se siente, actúa y habla como candidato. Lo que llama la atención es el replanteamiento contínuo y el papel que desempeñan los actores involucrados en el proyecto. Veamos:

Para nadie es un secreto la manera en que Zavala orquestó cuidadosamente su pre candidatura. Como Secretario de Gobernación impulsó candidaturas, colocó funcionarios, eliminó adversarios, compró espacios mediáticos, en fin, en una sola idea: colocó las fichas del tablero para preparar su ataque. Desde ese momento se supo que sus dos principales alfiles: Alejandro Armenta Mier (a la sazón: Director del DIF) y Darío Carmona (Secretario de Educación Pública) operarían desde sus respectivas posiciones el proyecto de su guía. A la par de ello, un Subsecretario que despachaba en el edificio de Finanzas, era el encargado de traducir las demandas recibidas en Gobernación, en respuestas desde la Secretaría de Desarrollo Social (como un noble LAZARILLO que conduce fielmente a su amo), mientras que otro subsecretario le decía a los transportistas que Zavala era el más guapo, el más atractivo y el más inteligente. Esa era la estructura original del PROYECTO Z.

Hoy las cosas han cambiado un poco, las fichas se acomodaron en nuevos espacios, se unieron nuevos aliados y otros burbujos reclamaron también la condición de delfín. Con la llegada de Mario Montero a la Secretaría de Gobernación, Zavala supo que no estaba solo, supo que había otras personas que también le hablaban al oído al gobernador y que podían convencerlo de existen otras letras y no solo la Z (de hecho es la última ¿no?) Supo también que su poder había se mermado y que era tiempo de hacer un replanteamiento al proyecto. Fue entonces cuando reclamó posiciones y buscó nuevos aliados. Sus anteriores operadores se mantenían en sus antiguos puestos, solo que ahora Armenta se fue el PRI y el simpático Juan de Dios al Ayuntamiento de Puebla.

Por lo que respecta al PRI, hoy nadie puede dudar que se encuentra operando de tiempo completo a favor del “Licenciado López”, prueba de ello son las constantes “Reuniones de Evaluación” (…) que sostienen los delegados del PRI con los delegados de la Secretaría de Desarrollo Social. ¿Será que Armenta siga dando órdenes en Desarrollo Social, o más bien siguiendo indicaciones desde el PRI? El joven dirigente Alejandro Armenta, se convirtió precisamente en aquello que repudiaba su admirado Luis Donaldo Colosio y que tantas veces combatió durante su trayectoria. Quizá estas líneas le ayuden un poco a quien cobra hoy como Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI: “… Recuperemos estos valores, hagámoslo en esta campaña, empecemos por afirmar nuestra identidad, nuestro orgullo militante y afirmemos nuestra independencia del gobierno…” (Luis Donaldo Colosio Murrieta).

Ahora bien, ¿cuál es el papel que desempeñan “los nuevos aliados de Zavala”? Decía yo que Zavala buscó nuevos actores que se sumaran a su proyecto, una vez que sintió la presencia de alguien igual de “fuerte” que le generó competencia. Uno de esos “nuevos aliados” es Blanca Alcalá (¿se fijaron en las comillas?) ¿Hasta qué punto la Presidenta Municipal es un integrante más del PROYECTO Z, o hasta qué punto trata de sacarle provecho al mismo, me explico:
Cuando Alcalá gana la Presidencia Municipal, mucha gente se presentó ante ella para champarle el esfuerzo brindado y venderse como el gran operador del triunfo. Uno de ellos fue precisamente López Zavala, quien de inmediato solicitó a la Presidenta el pago del “apoyo brindado”, para su aspiración personal.
Inició su gobierno, los meses pasaron y Zavala a cada instante le reprochaba la falta de apoyo. “Me traicionó” –pensó Zavala- “si gracias a mí ganó…” Fue entonces cuando Alcalá decidió usar el Judo político en vez del Box, es decir, en lugar de confrontarse y ponerse los guantes con uno de los hombres más cercanos al gobernador, prefirió aprovecharse de él (y de su tonta aspiración) y usar su propia inercia en beneficio del Ayuntamiento (Judo Político). Y es que –para bien o para mal- Alcalá sabe que Zavala es actualmente el “Santa Claus” del gobierno, y la Presidenta sabe que a los niños que se portan mal, no les trae nada el viejo panzón (Santa Claus eh). Bajo esa lógica era preferible jugar a ser aliados, a jugar a las vencidas. En pocas palabras: Alcalá no pertenece al Proyecto Z (ella trae su propio proyecto), más bien se aprovecha del mismo.

Para desgracia del “Santa Claus del gobierno”, al igual que la Presidenta Municipal de Puebla, los demás Presidentes del interior del Estado responden a la misma lógica. ¿O usted qué haría? Imagine lo siguiente: Imagine que usted va caminando por el Paseo Bravo, y un merolico está anunciando por altavoz que dará Mil Pesos a todo aquel que le lleve 3 personas hasta donde se encuentra. ¿No le hablaría usted a un amigo y un familiar para cumplir con el capricho del feliz parlanchín y recibir así la suma prometida? Pues lo mismo hacen los Presidentes Municipales. Cada que el “Licenciado López” les dice que va a ir a visitarlos y que quiere un evento masivo, so pena de cancelar los apoyos, los alcaldes juntan a los paleros de siempre (al igual que el amigo y el pariente en el ejemplo del merolico) y cumplen con el capricho. En pocas palabras, se lo están padroteando.

Evidentemente (y para consuelo del “Licenciado López”) esto no es nuevo, es decir, no es el primer actor que le toca hacer el papel de “Santa Claus” y no es el primer dadivoso al que padrotean, como él hay muchos. Lo mismo le pasó a Moreno Valle, lo mismo le pasó a Germán Sierra, lo mismo le pasó José Luis Flores y lo mismo le pasó a Montero (y en dos ocasiones).

Precisamente por eso es la actitud actual de Mario Montero, ¿quién mejor que él sabe lo que es, que un día “los seccionales” se le entreguen y al otro día vitoreen al candidato que ponga el Partido? ¿Quién mejor que él sabe que no basta con ser cercanísimo al gobernador? ¿Quién mejor que él sabe que no basta con tener todo el dinero del mundo? ¿Quién mejor que él sabe que se están padroteando a Zavala?
Mucho se habló del festejo del Secretario de Gobernación, se dijo que era un mensaje para la clase política y que era la muestra de que alzaba la mano para apuntarse en la sucesión (y no lo dudo), usted dese cuenta, ¿con quiénes decidió “festejar” Montero su cumpleaños? o dicho de otra manera, si Montero quería mandar un mensaje político y enseñar el músculo, ¿por qué no hizo una comida multitudinaria con seccionales y líderes del PRI? ¿a poco no hubieran “agasajado” al Secretario de Gobernación y vitorearan su nombre? ¿A poco no hubiera dado mucho de qué hablar en los periódicos? ¿Entonces, por qué no lo hizo? Fácil: Porque sabe que los priístas son del Partido y no de alguien en particular. No hay ni melquiadistas, ni dogeristas, ni marinistas, ni zavalistas, ni blanquistas, ni nada, hay simplemente priístas, y sabe que los mismos que hoy aplauden a Zavala son los mismos que le aplaudieron a él, y los mismos que le aplaudieron a Nácer y los mismos que le aplaudieron a Doger, y los mismos que le aplaudirán al que finalmente sea. Por lo tanto, mientras Zavala cree, sueña y se engaña con que tiene un batallón de fieles a su causa, Montero simplemente ríe y observa el espejo del pasado.

Zavala en cambio, se para de frente, observa el espejo, y después de mirarse fijamente un largo rato, ríen, uno contento por su “poderosísimo ejército”, y el otro, el otro sólo ríe por reflejo…*

*(como homenaje a Francisco Barrios “el Mastuerzo”)

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